Sí o no, salimos de dudas: preguntamos a los chicos si se enamoran más cuando llega el calor

Sonia y Selena lo tenían claro: “Cuando llega el calor los chicos se enamoran”
El dúo musical achacaba el enamoramiento a “la brisa y el sol” y la verdad es que, según la ciencia, no iban mal encaminadas
En Yasss hemos querido comprobar si esto es verdad 19 años después
'Yo quiero bailar' fue la canción del verano indiscutible de 2001. Pero no solo eso, además de hacernos mover las caderas hace 19 años (y todavía un poco hoy, la verdad) en las noches de verbena veraniegas con su “baila, baila, bailando va” y su “baila, baila, bailando eh”, a muchos de nosotros ese temazo nos devolvió la esperanza de volver a creer en los amores de verano y en la posibilidad de enamorar por fin a nuestro crush porque su afirmación era bastante tajante: "Cuando llega el calor los chicos se enamoran". ¡Yasss!

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Esta asociación de verano + calor siempre ha estado presente en nuestra cultura popular y lo hemos visto, no solo con Sonia y Selena, si no en algunas pelis como en ‘Grease’, ‘Camp Rock’o ‘Mamma Mía!’ (solo por poner algunos ejemplos). Pero, dejando atrás estas conjeturas, ¿hay base científica detrás? Pues curiosamente, sí ya que, según el psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin, la luz del veranito (“es la brisa y el sol”, que diría el dúo en los 2.000) activa una serie de neurotransmisores que potencian la generación de hormonas como la serotonina o la dopamina, sustancias que potencian la sensación de enamoramiento y cuya subida también aumenta el deseo sexual. Además, otras investigaciones recientes también han comprobado que los niveles de testosterona aumentan durante el verano.
Es decir, que el verano y su luz promueven que las personas estén más abiertas a tener relaciones y a conocerse porque las condiciones también lo facilitan: no es lo mismo conocer a alguien después de estar tirado en la playa 8 horas, leyendo, bañándote en el mar, y disfrutando de la vida, que después de salir de la Uni agobiado o después de haber currado un montón de horas. El estar más felices, bronceados y relajados (sin estrés) ayuda y mucho.

Pues bien, en Yasss hemos querido salir de dudas y hemos salido a la calle a comprobar si esto es verdad. Aquí os dejamos con las respuestas (que cada uno saque sus propias conclusiones y, si te animas, ¡vota al fina si también te pasa a ti o nol!):
Jorge (23 años)
No es que me enamore más cuando llega el calor, pero apetece más enamorarse: vacaciones, calorcito, tiempo libre... ¡todo incita a una novia de verano! Jajaja.
Charo (24 años)
Con el calor me agobio solo de pensar en enamorarme, pero a mi alter ego le encanta tararear 'me sube la bilirrubina' y eso podría ser una señal...

Álvaro (24 años)
¡No! Me da pereza estar pendiente de otra persona y con el calor más. El verano está para disfrutar de la soltería. Si me preguntas por las ganas de amores de verano (temporales y con mucho sexo) sí, pero enamorarme de relación formal, ¡NO! Aunque nunca sabes qué puede pasar cuando acaba el verano...
Silvia (23 años)
¡Me enamoro mucho más cuando llega el calor! Tengo más tiempo, vas a más sitios, conoces a más gente...
Adolfo (28 años)
Sí, me enamoro perdidamente y mucho más en verano que en cualquier época del año. ¡No tengo duda! También me desilusiono más porque todo, insisto: absolutamente todo, lo vivo con mayor intensidad. Esto no solo lo veo en mí sino también me atrevería a decir que le pasa al resto de la gente: propuestas que llegan vía mensaje privado de redes sociales, las miradas se intensifican en mitad de la pista durante una noche de fiesta, en la playa solo ves a gente guapa y buenorra... El verano implica calor hasta en el sentido más figurado de la palabra.
María (29 años)
La brisa, el sol, el jijí, el jajá, los festivales de verano, ya tu sabes… Yo me noto más animada y abierta a conocer a la gente, la verdad.
Javier (24 años)
Mmm... No creo que me enamore más, pero si pienso que hay más predisposición para intentarlo. No me preguntes por qué. El sol, el calor, la piscina, la playa, el tiempo libre, los planes fuera, el Tinder... Todo te anima a intentar 'tener' algo, termine en la etiqueta que termine. Aunque si traslado lo que pienso a las matemáticas, aunque amor y matemáticas estén en las Antípodas, sólo me he enamorado una vez y fue en verano... así que, por goleada, me he enamorado más en verano que en invierno (risas).
Gonzalo (25 años)

No me enamoro más que en otra estación, pero siempre es una buena oportunidad para conocer a gente nueva y... ¿quién sabe?
Rocío (32 años)
En verano una siempre tiene más contento el corazón. Yo sí fui de las que caí en las redes de Cupido en verano y ya no cambio de estación. ;)
Y ahora te toca a ti, querido lector/a de Yasss: