Descansos para masturbarse o para echarse la siesta: los permisos laborales más surrealistas en empresas españolas


Cada vez más empresas españolas dan permisos a sus trabajadores para echarse una pequeña siesta en mitad de la jornada y recuperar fuerzas
Por desgracia, el permiso laboral para masturbarte en horas de trabajo aún no goza de la popularidad que merece
Ni el teletrabajo ha conseguido que dejemos de ver el curro como una penitencia bíblica que se prolongará hasta que tengamos edad de rompernos la cadera con un par de euros ahorrados en el cerdito. Trabajar cansa, nos agota, exprime hasta el último gramo de nuestra energía, y ojalá tener poderes mentales olvidar por un momento a ese jefecillo que, después de currar 70 horas esta semana, te dice dulcemente al oído que hay que esforzarse todavía un poquito más.
Hay almas afortunadas que consiguen condiciones de trabajo dignas, e incluso auténticos unicornios que obtienen permisos laborales sacados de una comedia de Hollywood. Permiso para ser chanante. Permiso para pasarse la vida. Estos son algunos de ellos.
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Perros oficinistas
En España solemos llegar tarde a ciertas medidas de higiene laboral y mental que no traen más que ventajas, pero en Estados Unidos llevan décadas siendo ‘dog friendly’ con los empleados que deciden traer a sus mascotas al entorno de la oficina para promover un ambiente más positivo y amigable con el trabajador y reducir sus cuotas de estrés.
Esto ha cambiado desde que la compañía Affinity, en nuestro país, ha ofrecido a sus trabajadores la posibilidad de llevarse a sus perretes al trabajo para que les hicieran compañía. No es la única compañía consciente del importante vínculo que los humanos mantenemos con nuestras mascotas. Empresas como Barkin promueven los permisos dedicados a las mascotas; bien sean de paternidad, cuando tienen crías; o bien los permisos de duelo, tomarse un descanso cuando vivimos el duelo por la muerte de un animal
"Traer a los perros al trabajo ayuda a mejorar el clima laboral, aumenta la motivación y la sensación de felicidad de las personas, ya que los animales ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, favorece la comunicación y la expresión de las emociones", cuenta Teresa Niubó, CEO de Affinity. “Al finalizar la jornada hay una gran diferencia entre los trabajadores que han pasado el día con un animal y los que no”.

La medida permite que los perros se tumben al lado de sus dueños mientras estos trabajan. La empresa cuenta además con la ‘doggy zone’, un área de juegos para los animales y los empleados destinada a los descansos, con casitas y juguetes para que los animales pasen el mejor rato posible. Eso sí, con el objetivo de promover un buen ambiente de trabajo y que la cosa no se salga de madre, los trabajadores se comprometen a no dejar solos a sus animales y a sacarlos a pasear cuando sea necesario.
Qué hermoso ese momento en el que te derrumbas entre gritos de horror por la trituradora capitalista en la que estás atrapad_ y tu mejor amigo peludo posa tu pata en su hombro o te lame la oreja para infundirte ese aplomo que te falta para encarar el resto de la jornada. Grrrfff (“No te preocupes, a este ritmo, tu superior sufrirá un infarto cerebral dentro de muy poco, y tardarán en sustituirlo”). ¡Grrrñeeeefffffargh! (“Si tú estás mal, imagínate yo”).
Siesta en mitad el día
La empresa Eachnight llegó a publicar una oferta de trabajo en la que ofrecían hasta 1200 euros de salario con este reclamo: “No bromeamos. Queremos pagarte para que duermas”. Buscaban candidatos para echarse la siesta y así poder probar que la siesta contribuye a mejorar la productividad de cualquier empleado y lo ayudan a motivarse.

Compañías como Nike o Google permiten la siesta en el entorno de trabajo, sin pestañear y sin dudar de una medida, a priori, tan extraña. Conocen bien las ventajas que trae para la productividad de sus empleados un permiso laboral tan sencillo como dejarles echar una cabezada en mitad del día. ¿Esto es a lo que se refieren con ‘salario emocional'?
Tienes permiso para masturbarte
Imagínate que consigues que te dejen encerrarte en la cabina de los baños a hacer cosas de adultos con hipoteca. Imagínate que le dices a tu jefe en horas de trabajo: ‘Aquí donde me ves, estoy rindiendo al 50%. Pero si me dejas hacer un descanso para tocarme, te hago ese informe trimestral de ventas antes de que pestañees y además, si te apetece, puedo montar todas tus estanterías de Ikea’.

Tiene sentido que este permiso laboral se haya dado en la industria del cine para adultos, a manos de una de las directoras más interesantes en el panorama del porno feminista, Erika Lust, fundadora de Lust Films. Esta empresa tomó esta decisión cuando la pandemia se instaló a las puertas a nuestras casas y ofreció a sus empleados la posibilidad de tomarse un descanso de treinta minutos en horas de trabajo para masturbarse. Incluso llegó a habilitar un espacio especial dentro de los sets de rodaje para que los trabajadores y trabajadoras fueran a dedicarse un ratito de amor.
“Sabiendo que solo hay una cosa que hará que todos se sientan bien he creado un espacio de masturbación privada para que disfruten”, contó Lust cuando fue entrevistada por esta medida pionera.