Desde el precio hasta la duración de la terapia: lo que se puede esperar de la primera vez en el psicólogo

¿Qué hago si necesito un psicólogo pero no tengo dinero? ¿Me juzgará si en la primera sesión lloro? ¿Hablaremos de cosas muy íntimas? Hoy resolveremos todas estas dudas y más
La primera visita a un psicólogo es una situación decisiva, y el miedo a lo desconocido puede provocar que muchas personas que necesitan terapia no se atrevan a pedir ayuda. Como sucede con todo en esta vida, pesan más nuestras expectativas y juicios previos que la realidad, y al salir de la primera consulta los nervios se desvanecen. Sin embargo, lo ideal sería saber a lo que atenernos para perder el miedo mucho antes y ser capaces de ir al psicólogo en cuanto notamos que lo necesitamos.
A los nervios se les suma que ir al psicólogo sigue siendo un tabú para muchas personas, sobre todo en familias más tradicionales o en ciudades y pueblos pequeños donde todos se conocen. Nadie oculta que va al dentista, al oftalmólogo o al médico de cabecera, pero pedir ayuda psicológica parece "un delito" cuando en realidad es algo que la mayoría de la gente debería hacer al menos una vez en la vida.
Como la única forma de romper el estigma y el miedo es informarnos, hoy en Yasss hemos recopilado varios consejos para saber qué esperar en la primera consulta del psicólogo.
El paso previo: elegir un profesional
Cuando vamos a la consulta del dentista, a revisarnos la vista o a hacernos un análisis de sangre, nos da igual que nos atienda un profesional u otro. Sin embargo, en la psicología es fundamental una buena conexión entre paciente y terapeuta, por eso debemos pararnos y reflexionar antes de ir al psicólogo que nos ha recomendado la prima de nuestro amigo o al primero que sale en las recomendaciones de Google.
- ¿Online o presencial?
En general es mucho mejor la terapia cara a cara. Las consultas por Skype pueden ser útiles para las sesiones finales, cuando lo importante es mantener la mejoría y evitar las recaídas. Sin embargo, al comienzo lo ideal es realizar una intervención presencial.
Una excepción es cuando conectas con un psicólogo porque te gustan sus métodos, y la única opción viable es realizar terapia online ya que vivís en ciudades diferentes. Aun así, es preferible el contacto directo.
- Escoge un profesional cualificado
Al igual que en otros ámbitos de la salud, en la psicología se pueden producir negligencias. Por eso es fundamental escoger un terapeuta homologado y formado. Si sospechas que tienes un trastorno psicológico o una dificultad que te está provocando malestar, ponte en manos de un psicólogo o un psiquiatra. Es mejor pasar del 'coaching' por muy de moda que esté.
- Necesito un psicólogo, pero no tengo dinero
Por suerte cada vez hay más opciones para personas en paro o estudiantes. Por un lado, en la sanidad pública hay psicólogos. Basta con ir al médico de cabecera y pedir que te derive. El problema es que en algunas ciudades las listas de espera son largas, en cuyo caso hay otras alternativas.

Muchas universidades ofrecen apoyo psicológico a sus estudiantes, pero también hay asociaciones gratuitas y centros privados que ofrecen terapia adaptando los precios al nivel de ingreso de los pacientes.
Cómo afrontar la primera sesión: dudas frecuentes
- ¿Voy a tener que contarle todos mis traumas en la primera sesión?
Para nada. La terapia es un proceso gradual y en la primera sesión las preguntas serán sencillas. Por ejemplo, desde cuándo te sientes así, si has pedido ayuda profesional antes, si es la primera vez que te sucede, cuáles son tus síntomas, etc.
No tiene sentido ahondar en significados ocultos o traumas del pasado, porque el psicólogo apenas te conoce. Tampoco podéis construir la casa por el tejado, así que lo mejor es empezar compartiendo todos aquellos problemas que tienes en el presente y cómo te están afectando, para progresivamente ir encontrando el origen y la forma de gestionarlo.
- ¿Me va a hacer preguntas íntimas?
En la primera sesión todo será muy light, así que lo más probable es que no haya ninguna pregunta especialmente compleja o íntima. Aun así, tarde o temprano será necesario tocar esos temas siempre y cuando estén afectando a tu salud mental, pero tú eres quien decide qué contar y qué no, y cuándo hacerlo. Marca tu propio ritmo y si la sesión te sobrepasa, házselo saber al psicólogo.
Mi recomendación es que seas sincero en todo momento. Es mejor decir “prefiero no hablar de este tema ahora mismo” a mentir, porque al final ocultar partes importantes de tu vida sólo te perjudica a ti.

- ¿Qué pasa si me pongo a llorar o no se me ocurre qué decir?
No pasa absolutamente nada. Hasta las personas más imperturbables lloran en terapia. El hecho de decir en voz alta todo aquello que nos lleva preocupando meses ya es un ejercicio psicológico brutal. Significa que reconoces que la situación no va bien, que no puedes gestionarla en solitario, y que has sido capaz de pedir ayuda. ¡Lo más normal es emocionarte! Y si notas que tu psicólogo te juzga o te llama exagerado, plantéate cambiar de profesional. Nadie debe minimizar tus emociones.
Respecto a quedarte en blanco, es más difícil que pase. Puede que te cueste saber por dónde empezar, pero una vez comiences a desahogarte la sesión irá rodada. Aun así, un truco es escribir en un papel o en el bloc de notas del móvil los temas más importantes que quieres comentar con el psicólogo el día antes de la primera sesión.
- ¿El psicólogo sabe cuánto durará la terapia?
El psicólogo puede tener una idea estimada de lo que va a durar la terapia, pero suele ser mejor no dar fechas exactas para evitar crear expectativas. Por ejemplo, si te dice que en pacientes similares la terapia dura 6 meses y tú al quinto mes no te notas bien del todo, corres el riesgo autoculparte y que el tratamiento empeore.
Recuerda que cada paciente es un mundo y que algunos ven mejoría en 4 sesiones, otros en 10 y otros en 30. No te compares con los demás.
- ¿Puedo opinar?
No sólo puedes, sino que debes. Si algo no te gusta o crees que es mejorable, házselo saber a tu terapeuta. Los psicólogos no somos dioses conocedores de la verdad absoluta. A veces nos equivocamos, planteamos hipótesis erróneas o utilizamos herramientas con un paciente que no terminan de funcionar. Si esto sucede, pídele que cambie el método.
- ¿Todo lo que diga es confidencial?
Sí, salvo aquellos pacientes que han sido derivados al psicólogo por alguna institución de justicia. Si este no es tu caso, puedes estar tranquilo. Todo lo que digas será confidencial.

No sólo los adultos tenemos derecho a la confidencialidad, sino que los menores de edad también. Tu psicólogo no puede contarles a tus padres lo que sucede dentro de la sesión salvo que haya posibilidad de suicidio o abusos sexuales. En estos casos el terapeuta suele trabajar con el menor para que sea él quien cuente la situación a sus padres, pero si hay riesgo para la vida del paciente puede romperse la confidencialidad.