NutriScore, así funciona el etiquetado contra los ultraprocesados y el azúcar


El sistema NutriScore es un formato de etiquetado sencillo, que funciona como un semáforo: los productos más sanos tienen una etiqueta verde, y los que son un poco ‘peores’, roja.
Cada vez más gente se preocupa por la composición y los nutrientes de un producto, y hacen de esa necesidad antes de comprarlo. Ir al supermercado se ha convertido en una pelea constante contra los procesados, las cantidades de azúcar y el aceite de palma, aunque para comprobar cada cosa tengas que andar trasteando con los envases, ponerte unas buenas gafas y leer la letra pequeña que cada paquetito lleva en el reverso. Desde hace unos años, hay apps que leen el código de barras y valoran, algoritmos mediante, la ‘calidad’ del producto.
Pero, ¿y si esa valoración estuviese ya integrada en el envase? Eso es lo que pretende el gobierno con el sistema de etiquetado Nutriscore, un modelo basado en un logotipo de cinco colores asociados a cinco letras, cada una vinculada a una calidad nutricional, que ya funciona en muchos países europeos. Ese sistema permite distinguir qué productos son ‘mejores’ y comparar entre distintas marcas. En Yasss te contamos cómo funciona.
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¿Qué es el Nutriscore?
En noviembre de 2018, coincidiendo con el Día Mundial contra la Obesidad, el Ministerio de Sanidad anunció que implantarían progresivamente este sistema de etiquetado, intuitivo y basado en un algoritmo que calcula la calidad de los alimentos según sus nutrientes ‘más favorables’ (fibra, cantidad de fruta o verdura, proteína y legumbres) y los que menos, aquellos que se recomienda reducir (calorías, azúcares simples, grasas saturadas y sal). En función del resultado de esta ecuación, al producto se le daría un etiquetado u otro.
La Comisión Europea no se compromete con el uso de NutriScore.
— sinAzucar.org (@SinAzucarOrg) 23 de mayo de 2020
A finales de 2022 se estudiarán etiquetados alternativos. https://t.co/OYFPaXDmle
Este cálculo pretende ser universal y serviría para bebidas, materias grasas o quesos, por ejemplo. Todos los envases tendrían que llevarlo en la parte delantera. NutriScore existe ya en países como Francia, donde ha obtenido muy buenos resultados, y en Canadá también es muy eficaz. Aunque todavía no se ha introducido por ley en España, nutricionistas y otros especialistas del sector esperan que el Ministerio de Consumo lo haga próximamente.
El interés por la implantación de este modelo reside en las carencias de la dieta de los españoles: la mitad toman el doble de la cantidad de sal recomendada y no ingiere ni el cincuenta por ciento de la fibra recomendada, aseguran los expertos. NutriScore se convertiría en una herramienta que facilitaría, de un lado, hábitos de compra y alimentación más sanos, y de otro obligaría a las empresas a crear productos menos procesados, para obtener una mejor puntuación, según explican las asociaciones de consumidores.
El Ministerio aplicará como #EtiquetadoNutricionalFrontal el modelo #Nutriscore teniendo como referencia a otros países de la #UE, en base a la evidencia científica, y después de valoración y estudio de diversos modelos de etiquetado pic.twitter.com/gbc9WTwiZr
— Ministerio de Sanidad (@sanidadgob) 12 de noviembre de 2018
Ahora bien, todos sabemos que la dieta española no tiene nada que ver con la de otros países, como por ejemplo nuestro vecino francés. La dieta mediterránea española es rica en frutas, verduras y aceite de oliva, tal y como la de nuestros vecinos del norte tiene una amplia tradición quesera. De hecho, para implantar este modelo, el gobierno galo tuvo en cuenta horarios, la composición de la dieta y la propia pirámide nutricional: cuestiones que el comité de expertos español también tiene extendidas sobre la mesa.
Vale, pero ¿cómo funciona?
El sistema es más simple de lo que parece y, después de unos meses, lo entenderíamos sin mucha complicación. Su sistema es el de un semáforo: hay colores buenos y colores malos, y en un vistazo podríamos descubrir los productos ‘más sanos’ de una estantería. La exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, lo explicó de esta forma cuando presentó la iniciativa hace dos años: “Esta información permitirá que la ciudadanía pueda comparar con otros productos semejantes de forma sencilla y tomar una decisión informada y motivada para seguir una dieta más saludable”, aseguraba en una nota.

Este etiquetado, también conocido como ‘Front of Pack’ (FOP), cuenta con cinco colores: la letra A es verde oscuro, la B es verde clarito, la C es amarilla, la D es naranja y la E tiene asignado un color rojo fuerte, de mejor a peor calidad. Los productos se sitúan a un lado u otro dependiendo de sus ingredientes y obtienen una puntuación del 0 al 10, según los nutrientes por cada 100 gramos de alimento. ¿El problema? Que la evaluación la realizan las empresas y, aunque lo hagan bajo una normativa, puede ser conflictivo.
Por ahora, puedes descargar una app que hace ese trabajo de etiquetado hasta que la normativa sea efectiva, como ‘Open Food Facts’.