Hay tres pasos infalibles para cumplir de una vez por todas ese propósito que siempre se queda en el olvido

Cumplir tus propósitos es más sencillo de lo que crees: solo tienes que crear un plan
El 1 de enero es el día oficial de la bajona: sufrimos por los excesos de la Navidad -el turrón y el champán pasan factura-, y por los propósitos de año nuevo. Es inevitable reevaluar los 365 días que acaban de finalizar, pensar en el lugar en el que querríamos estar ahora, y entristecernos un poquito por todo aquello que no hemos cumplido. Conseguir plaza en una oposición, hacer ejercicio regularmente, dejar de comer alimentos procesados o ahorrar para hacer ese viaje soñado a Japón. Cada año sucede lo mismo: demasiadas ideas en el aire y poco tiempo (o ganas) para cumplirlas.
No hace falta un plan tremendamente elaborado o gastarse dinero en libros de autoayuda. Conseguir los propósitos de Año Nuevo de una vez por todas es más fácil de lo que parece. En realidad, sólo son necesarios tres pasos.
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1. Define bien tu objetivo
El primer error que cometemos cuando queremos cumplir un propósito es definir mal nuestro objetivo. Por ejemplo, "aprobar una oposición", "adelgazar 10 kilos" o "ahorrar 500 euros" son propósitos mal planteados.
Cuando sepas qué es lo que quieres conseguir, desmenúzalo en pequeños pasos o formas de conseguirlo. Siguiendo con el ejemplo de aprobar una oposición:
- Apúntate a una academia.
- Cómprate los libros o pídeselos a un amigo y fotocópialos.
- Divide el tiempo en fases y haz un calendario para cada fase.
- Haz exámenes de otros años.
- Deja que te aconsejen personas que han aprobado la oposición.
En el caso de adelgazar, podríamos hacerlo de distintas formas:
- Mejora tu relación con la comida.
- Habla con un nutricionista con el que te sientas a gusto en vez de seguir dietas sacadas de Internet.
- Si comes por ansiedad, pide ayuda psicológica.
- No veas este proceso como una dieta restrictiva, sino como un estilo de vida que puedas mantener toda la vida.
- Si odias salir a correr, haz un deporte que de verdad te guste como el yoga, el baile o la natación.
Finalmente, si tu propósito es ahorrar para hacer un viaje:
- Reserva el 10% de tu sueldo todos los meses en una hucha o una cuenta aparte.
- No vayas a hacer la compra con hambre porque gastarás más y vete al supermercado con precios más asequibles.
- Haz planes alternativos, como ver una película en casa en vez de en el cine de vez en cuando.
- Mira tus gastos en la aplicación del banco.
- Dile a tus amigos o pareja que estás ahorrando para que no te tienten.
2. Refuerza cada pequeño logro
Cuando queremos conseguir algo, tendemos a castigarnos por los errores con más frecuencia de la que nos reforzamos por los éxitos.
Si has seguido el primer paso y has definido muy bien tu objetivo, te será más sencillo identificar los pequeños logros y reforzarte por ellos. Por ejemplo, si quieres ahorrar y un día vas de compras con un amigo, pero tú no gastas nada, ¡siéntete orgulloso!
También es importante reforzarnos por aquellos logros que no son ideales, pero que se acercan a lo que queremos conseguir. Por ejemplo, si en tu planning tienes como objetivo estudiar cada día 6 horas y un día estudias 5, también es importante premiarte por ello.
Finalmente refuérzate por pedir ayuda. Si un día estás muy agobiado y el cuerpo te pide una pizza familiar, pero en vez de eso pides cita con el psicólogo o sales con tus amigos para distraerte, estás yendo por el buen camino.
3. No te castigues si no lo cumples al 100 por 100
Cuando tengas que evaluar si has conseguido tu objetivo, no sólo pienses en el presente. Recuerda también el pasado y lo difícil que ha sido llegar hacia dónde estás. Será más fácil conseguirlo ahora, que llevas un largo camino recorrido. Prémiate por tu constancia y perseverancia en vez de castigarte por no haberlo hecho a la perfección.
Imagínate que tu objetivo es correr la San Silvestre, una carrera de 10 kilómetros. Al principio sales a correr y sólo aguantas 1 kilómetro. En agosto ya eres capaz de correr 3 kilómetros sin cansarte. En noviembre haces 8 kilómetros sin despeinarte. Sin embargo, el 31 de diciembre, día de la San Silvestre, no eres capaz de acabar la carrera. Es fácil desanimarte y castigarte, pero tienes que pensar que no estás en el mismo lugar que al principio, aunque no hayas cumplido tu objetivo al 100 por 100. Has pasado de correr 1 kilómetro a 8 kilómetros o más, además un mal día lo tiene cualquiera.