Productividad, objetivos a largo plazo y motivación: ¿Sabes lo que es el plan de carrera de una empresa?


Un plan de carrera es un proyecto a cuatro manos entre la empresa y su empleado. Juntos tienen que diseñarlo y plantear objetivos que motiven a su trabajador
Si no se invierten recursos para motivar a los empleados y capacitarles ante los nuevos retos, es dudoso que se obtengan resultados
Un buen número de personas a las que les preguntáramos si han hecho su plan de carrera no sabría respondernos o se pondrían bizcos tratando de entender de qué les estamos hablando. Otros tantos intuirían de qué hablamos sin saber ponerlo en palabras, y solo un mínimo porcentaje sabría exactamente a qué nos referimos.
¿Sabes tú lo que es el plan de carrera de una empresa y cómo influye en tu estabilidad profesional y tus perspectivas de futuro?
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El plan de carrera
Fuera esos ropajes románticos que glorifican el capitalismo. Trabajar cansa. Se parece a subir la roca de Sísifo a lo alto de una colina cada vez más escarpada. Hacerlo en el mismo puesto durante mucho tiempo, repitiendo tareas mecánicas, sin alicientes (más sueldo, responsabilidades más estimulantes), puede llegar a malograr la mayor de las vocaciones.
No importa si tu trabajo te encanta y lo haces bien. A la larga, como en cualquier proyecto en el que pones tus energías y tu talento, todos necesitamos crecer, adquirir nuevas habilidades y herramientas, sentir que aportamos y mejorar la comunicación con nuestros jefes (o, si eres autónomo, con tu marca; solo que en este caso el interlocutor eres tú y tendrás que ser más exigente).
Por eso, llega un momento en que es necesario mirar ciertas cosas a futuro: qué objetivos profesionales tienes y cuáles son una fantasía poco realista; cómo puedes reciclarte en un nuevo puesto y adquirir nuevas habilidades; de qué modo un conocimiento progresivo una mejora en tus condiciones de trabajo van a permitir que ‘crezcas’ y escales posiciones. No solo hablamos de un sueldo que se corresponda con las responsabilidades que tengas, sino también al verbo ‘crecer’. Esa es la palabra más indicada para hablar del plan de carrera: para que los empleados se impliquen en un proyecto común, hace falta hablar y planificar cómo van a progresar en el futuro.
Es evidente que esta manera de diseñar nuestra carrera profesional también funciona a título individual, si no dependemos de jefes: cualquiera de nosotros podemos hacer un planning con objetivos a futuro y trazar nuestro plan de carrera de forma exhaustiva. Pensar en metas, en objetivos, en deseos también.
Ya se sabe: cuanto mejores son las preguntas, más fácil es saber dónde hay que atacar: ¿Qué metas profesionales tengo para los próximos años? ¿Qué puesto me gustaría conseguir? ¿Cuáles son las tareas que evito o en la que deliberadamente me esfuerzo menos? ¿Es este el mejor puesto en el que podría estar? ¿Me estoy perdiendo nuevos alicientes por no querer formarme más?
Cómo te afecta el plan de carrera
Podría decirse que el plan de carrera es la estrategia interna que cualquier empresa debería crear para conseguir que sus empleados estén más implicados en el proyecto o marca y mejoren su productividad.
Un buen plan de carrera está muy planificado de antemano. Se fijan unos objetivos individuales para cada trabajador y se le evalúa cooperativamente. Aunque la empresa haga planes de carrera para todos los que trabajan allí, siempre es a título individual. Cada trabajador necesitará mejorar y motivarse de una manera específica, y es tarea de la empresa conocer estos entresijos. El departamento de recursos humanos tiene un papel fundamental. Son los que entrevistan a los trabajadores para empezar a definir en los nuevos objetivos y evaluar el ambiente emocional que se respira.
Tu plan de carrera dependerá por supuesto del puesto que tengas, de qué es lo que haces bien, de esas otras áreas de la empresa en las que no controlas pero quizás te gustaría dominar. Un buen plan de carrera puede motivar a un empleado otorgándole más responsabilidad, lo mismo que formarle para que incorpore esas habilidades a su trabajo diario: trabajo en equipo, liderazgo, formación en alguna herramienta que la empresa utilice o que esté pensando en incorporar a su funcionamiento.
Como todo proyecto, lleva tiempo y es consensuado en torno a objetivos pactados por ambas partes. Por supuesto, pueden estar relacionados con la productividad, pero también con adquirir nuevas habilidades (cursos) o la posibilidad de integrarte en equipos multidisciplinares, o nuevos retos y proyectos que te proponga tu empresa.
Tú como trabajador te avienes a recibir feedback de tu trabajo, y se espera que tu empresa tenga los oídos bien abiertos a las sugerencias que puedas hacerle. El plan de carrera debería ser más una filosofía para crecer en equipo antes que un régimen dictatorial de tareas, skills, objetivos y tareas kafkianas. Cualquier trabajador necesita saber que su implicación se nota, que tiene libertad, que se valora su criterio y sus habilidades para la buena marcha del proyecto. Solo así, con orientación y formación, es posible el crecimiento. Ni que decir tiene que un ambiente de trabajo sano lo hace todo mucho más fácil y menos ‘obligatorio’.
El hecho de que una empresa dedique tiempo y recursos a planificar con sus empleados cómo pueden beneficiarse mutuamente las partes es una garantía de que las cosas saldrán bien. Todo el mundo saldrá ganando. Es la única manera de retener el talento y hacerlo florecer.