Qué hacer si te mandan una foto sexual no solicitada: Protocolo contra el cyberflashing

El cyberflashing consiste en enviar fotos sexuales no solicitadas y aunque muchas personas no lo saben, se trata de un delito penado con multas y cárcel
No es sexting, es acoso: Es frecuente que las víctimas sientan que se ha violado su privacidad, pudiendo culparse a sí mismas
Te explicamos qué hacer si recibes una foto sexual no solicitada: Dónde denunciar, a quién acudir y cómo lidiar con las secuelas psicológicas
Recibir fotos íntimas no solicitadas tiene nombre, cyberflashing. Se trata de una desagradable práctica muy popular en redes sociales, sobre todo ahora que es posible enviar imágenes o vídeos efímeros –cuando la persona los abre, desaparecen–, una actualización de WhatsApp e Instagram que ha dado manga ancha a los exhibicionistas digitales.
El gran problema del cyberflashing es que quienes lo practican tienden a confundirlo con el sexting, pero no es lo mismo. El sexting es un intercambio consensuado de fotografías, vídeos o mensajes eróticos. El cyberflashing es una forma de acoso virtual que puede estar penada por la ley.
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¿Es delito que te manden fotos sexuales no deseadas?
Aunque no es lo más habitual, es posible emprender acciones legales contra este tipo de prácticas.
Según el artículo 37.5 de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, se trata de un delito de exhibicionismo, que consiste en “la realización o incitación a la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecutar actos de exhibición obscena”. Además, si la víctima es menor de edad, las consecuencias son mucho más graves, ya que infringe el artículo 186 del Código Penal, lo que implica una pena de cárcel de entre seis meses y un año.
Desgraciadamente tendemos a minimizar el acoso en cualquiera de sus formas, quitándole importancia o incluso justificándolo en algunos casos. Por otro lado, el hecho de que el cyberflashing sea un delito no significa que todas las denuncias vayan a término. En muchos casos las víctimas son ignoradas, sobre todo si son mayores de edad, lo que genera un clima de desconfianza hacia el sistema judicial.
Pese a las dificultades legales, es importante actuar frente al exhibicionismo digital.
He sido víctima de cyberflashing, ¿y ahora qué hago?
- No te culpes Es frecuente que las víctimas de cyberflashing sientan que se ha violado su privacidad, y esa indefensión puede desembocar en una autoculpabilización. Analizar con detalle qué has hecho mal para merecer este tipo de acoso no te va a ayudar, porque no eres culpable. Da igual que tengas tu perfil de Instagram abierto al público. Da igual que subas fotos en bañador. Da igual que el acosador sea conocido o desconocido. Si no has solicitado una foto sexual a alguien, no tiene ningún derecho a enviártela.
- Contacto cero con el acosador Hay quienes deciden “vacilar” al acosador y aunque el resultado son hilos de Twitter muy graciosos y virales, no tienes por qué hacer lo mismo. Lo más recomendable es evitar cualquier contacto con esa persona, ya que puede derivar en más fotografías o incluso en comportamientos agresivos.
- Denuncia Denuncia la cuenta en Instagram o Twitter por incumplimiento de las normas de la red social, y después bloquéale. También es importante poner en conocimiento de la justicia lo que ha ocurrido. Para denunciar un delito digital debes acudir a cualquier comisaría. No hace falta un abogado para ello, y recuerda que los agentes de policía siempre deben recoger la denuncia, ya que es el juez quien considerará si es un delito o no y no ellos.
- Ponte en contacto con un experto en delitos digitales Los abogados y peritos informáticos especializados en ciberdelitos pueden darte las pautas para denunciar este tipo de delitos. Por ejemplo, explicándote cómo certificar una captura de pantalla o una fotografía para que tenga validez legal. También aclarará tus dudas sobre el proceso de denuncia.
- Busca apoyo emocional Quítate de la cabeza el pensamiento de que lo que acaba de ocurrir “no es para tanto”, porque para muchas víctimas sí lo es. Que te envíen una foto sexual sin tu consentimiento puede generar miedo, asco y ansiedad. Por eso es fundamental desahogarte en un contexto seguro. Habla con tu pareja, con algún amigo o con tu familia, escogiendo personas de confianza con las que te sientas a gusto. Y si lo necesitas, puedes pedir ayuda psicológica profesional.
- Prevén futuros acosos digitales Para evitar que esto vuelva a ocurrir puedes tomar ciertas medidas: no leer los mensajes de cuentas que no tienen foto de perfil o con nombres de usuario extraños y evitar abrir fotografías o vídeos enviados por desconocidos.