Qué hacer si tu ligue nuevo te pide tiempo para olvidar a su ex

La pregunta parece fácil: ¿saldrías con alguien que todavía no ha superado a su expareja tóxica? Si la respuesta es no, ¿esperarías a qué superase la ruptura? Planteé estas dos situaciones en Instagram y la gran mayoría contestó un NO rotundo. ¿Tú qué contestarías?
Te pongo en situación… Conoces a una persona en un bar, en Tinder o en la biblioteca del barrio. Os gustáis y acabáis liándoos. Hasta aquí todo perfecto. El problema es que pasan los días y empezáis a hablar y a conoceros mejor. Tu ligue te cuenta que hace un mes lo ha dejado con su ex. Era una relación bastante destructiva y se ha quedado regulín. Traducción: no quiere nada serio hasta que olvide sus fantasmas del pasado. No es que no le gustes y tampoco te está dando la excusa del siglo, simplemente necesita reparar su cabeza y su corazón antes de empezar algo nuevo. Pasar de tu ligue o esperar, esa es la cuestión.

Paso número 1. La decisión.
En primer lugar, debes pensar en ti. Lo que tu ligue te propone no es malo, todo lo contrario. Está actuando con madurez y a la larga puede ser beneficioso si acabáis juntos, pero a lo mejor tú no estás dispuesto a esperar por nadie.
Decidir esperar o no es un ejercicio de autoestima enorme. Si aceptas, será inevitable compararte con su expareja, sentir dudas acerca de vuestros sentimientos y experimentar celos. Gestionar correctamente todas estas emociones puede ser beneficioso para ti, pero si no crees ser capaz estás en tu derecho de decir "no".
A la hora de tomar la decisión hay algunas preguntas que debes hacerte:
- ¿Me gusta lo suficiente como para esperar?
- ¿Seré capaz de esperar sin meterle presión?
- ¿Podré gestionar mis inseguridades?
- Si me dice que no, ¿sabré afrontarlo?
Si la respuesta a estas preguntas es un "sí" sincero, pasa al siguiente punto. En cambio, si no te ves capaz de sobrellevar la situación, habla con tu ligue con sinceridad. Tomes la decisión que tomes, será la correcta siempre que seas fiel a ti mismo.

Paso número 2. La espera.
Una vez decides esperar por tu ligue, surge la gran pregunta… ¿Cuánto tiempo?
Como comentábamos en el primer paso, es importante no meter presión a la otra persona. Ponte en su lugar. Sales de una relación en la que lo has pasado fatal. Celos, discusiones, faltas de respeto, ansiedad... Cuando por fin consigues ponerle fin y empiezas a superarlo, conoces a alguien que te gusta. La cabeza te va a mil por hora. ¿Es esto lo correcto? ¿Y si me vuelven a hacer daño? ¿Estoy preparado para salir con alguien? ¿Y si es un parche? ¿Y si es el amor de mi vida, pero pasa de mi por mis rayadas mentales?
Como ves, por su cabeza están pasando mil preocupaciones y pensamientos. Esto no se arregla en un par de horitas como los exámenes de la universidad.
Algunas personas tienen las herramientas emocionales necesarias para saber lo que quieren en cuestión de días, pero otras necesitan semanas para aclarar sus sentimientos. Sea como sea, tú estás en tu derecho de decir "hasta aquí" si la situación te sobrepasa.
Si la gran pregunta es cuánto tiempo durará la espera, la pregunta del millón es… ¿Cómo debo actuar?
Esto depende mucho de cada persona así que lo mejor que puedes hacer es hablar con tu ligue. Pregúntale si prefiere mantener las distancias o si, por el contrario, quiere que sigáis hablando con normalidad para seguir conociéndoos. Mi consejo es que le escribas siempre que te apetezca (a no ser que te haya pedido distancia). Muchas veces nos cortamos por miedo a parecer "más pillados de lo que estamos" y reprimimos nuestras emociones. Si te gusta alguien, no lo escondas… ¡No tenemos 12 años!

Paso número 3. Los "y si…".
- "¿Y si todo esto es una excusa y no le molo tanto?"
Probablemente esta es la primera duda que asaltará tu mente. A veces somos un poquito cínicos, además si le cuentas a tus amigos la situación fijo que alguno te dirá que esto es una milonga para pasar de ti. Puede ser verdad o no, pero no lo sabrás si no hablas con tu ligue. Dile lo que sientes y pídele que sea sincero contigo. Si te dice la verdad, genial. Si te miente, tarde o temprano lo descubrirás en su manera de actuar.
- "¿Y si se da cuenta de que en realidad no quiere estar conmigo?"
Es una posibilidad, y si esto ocurre será inevitable que tu autoestima sufra. Sin embargo, si tu ligue te ha pedido algo de tiempo es porque le interesas (aunque sea un poco). Si no, directamente habría pasado de ti.
- "¿Y si vuelve con su ex?"
Ten en cuenta que ha salido de una relación disfuncional y tóxica. Probablemente lo último que quiere es volver a entrar en esa dinámica.
- "¿Y si lo que quiere es acostarse con gente para recuperar el tiempo perdido?"
Ponte en su lugar. ¿Alguna vez has salido de una relación con ganas de comerte el mundo entero? Tal vez tu ligue esté viviendo lo mismo. No habéis hablado de monogamia ni de exclusividad y todavía no sois pareja, así que estaría en todo su derecho. Si esta duda no te deja dormir, siempre puedes preguntárselo claramente de una manera madura y sana.

Paso número 4. La resolución.
Llega el momento de la respuesta y pueden pasar dos cosas... Que te diga que cruces la pasarela al más puro estilo OT o que te diga NEXT.
Gestionar el rechazo es difícil, pero debes tener clara una cosa: tu valor no depende de la aprobación de los demás. Tanto si le molas como si no, seguirás siendo la misma persona de siempre, con tus virtudes y tus defectos.
No sientas que has perdido el tiempo esperando por alguien que ha pasado de ti, porque este proceso también te ha hecho madurar. Habrás aprendido a ser más paciente, seguro de ti mismo y empático, y sólo por eso merece la pena.

Todo este proceso es largo, y tal vez lo más difícil es que implica lidiar con algo que a los humanos nos produce mucho rechazo: la incertidumbre. No es sencillo poner todas las cartas sobre la mesa por una persona a la que conoces más bien poco, pero te gusta. Puede salir mal o puede salir bien. Tal vez en unos años la relación esté plagada de celos y mal rollo, o tal vez seréis felices como jamás lo habéis sido. Nunca lo sabrás si no lo intentas, tardes el tiempo que tardes en tomar la decisión.
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