Salir del armario de forma segura en el instituto, la universidad o el trabajo: esta guía puede ayudarte

Por mucho que mejoren las cosas, la salida de armario es algo que une a generaciones muy distantes en el colectivo, y aún seguirá siendo así, por desgracia
No hay solo una salida de armario, sino muchas, y no siempre la primera es la que más preocupa.
Este decálogo de consejos te servirá para cualquier momento en el que quieras hablar libremente de tu identidad de género o de tu condición sexual (cuando estas están censuradas socialmente, claro)
Salir del armario es algo que no se hace una, sino muchas veces, y quien ha estado en esa posición, lo sabe. Por desgracia, la LGTBfobia sigue presente en todos los ámbitos de nuestra vida, desde el hogar y el familiar al académico y laboral, y solemos enfrentarlos uno por uno. Seguro que, si tú también eres LGTB+, has salido del armario ante tus padres, ante tus amigues, ante tus compañeres de clase o de trabajo, ante conocides y desconocides… Con el tiempo perdemos el tono solemne y ceremonioso y nos lo vamos tomando con naturalidad y humor (siempre y cuando no haya escenas desagradables), y eso habla además de nuestro propio proceso de aceptación y confianza.
Una de las salidas de armario que más imponen es la que realizamos en el instituto, la universidad o el trabajo, porque son planos no tan íntimos, pero forman parte de nuestra vida, y a veces hallamos en ellos grandes amigues. Si vas a verbalizar tu identidad de género o tu condición sexual ante estas personas es porque, seguramente, ya lo has hecho antes con otras, así que traerás aprendidas un par de cosas. Si no es así, nos gustaría ayudarte con este especial decálogo (que te servirá además si es tu primera salida de armario de todas). Inspirado por dos libros: 'Quiérete mucho, maricón' (Roca Editorial), de Gabriel J. Martín, y 'Ahora que ya lo sabes' (Libros Cúpula), de Oriol Pamiés.
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1. Asegúrate de estar liste y de que quieres hacerlo
Aunque muches creen que la salida del armario es el comienzo de un camino, en realidad es una pequeña parada. Cuando una persona LGBT+ decide verbalizar su condición sexual o identidad de género (y más si va a hacerlo con compañeres de estudios o trabajo), es porque antes ha mantenido conversaciones consigo misma, unas desagradables, sobre la vergüenza y la culpa interiorizadas, y otras más inspiradoras. Si no estás segure de qué quieres hablar ni de si estás liste, tómate tu tiempo.

2. Analiza tu entorno para confirmar que es seguro
Las personas LGTB+ tenemos un sexto sentido para esto: sabemos ante quién podemos salir del armario y ante quién no. Podemos equivocarnos, pero no profundamente. No obstante, es útil que, antes de tener este gesto o esta conversación, analices tu entorno, tanto en lo social (tus colegas o compañeres) como en lo corporativo (sigue habiendo espacios antiLGTB+). Lo más importante es tu seguridad física y emocional; si no puedes garantizarla, tal vez no debas salir del armario aún.
3. Búscate una persona aliada que te apoye
Seguro que lo has hecho en otras ocasiones: antes de salir del armario ante tus padres hablaste con tu hermana, y antes de conversar con tu grupo, lo hiciste con tu mejor amigue. Aprovéchate de esa experiencia. Si quieres visibilizarte en el instituto o la universidad, es probable que tus amigues íntimes sirvan de apoyo, y si no ese compañere que sabes que no te va a fallar. En el ámbito laboral, lo mismo. Quizá ese colega de trabajo con quien tienes confianza sea un buen paso previo al resto.

4. No hagas una ceremonia, pero dedícale tiempo
Una de las ideas que más coartan a las personas LGTB+ a la hora de verbalizar su identidad es la de la salida del armario como ceremonia. No es necesario crear un evento solemne alrededor de esto, y menos en un entorno poco íntimo. La forma de hacerlo es personal y puede ir de una breve mención en una charla casual (si eres visible en redes sociales, puede que incluso ya lo sepan) a un momento un tanto más detenido en el que te puedas explayar, ante un café o un refresco en un lugar tranquilo.
5. Sé asertive y no des pasos atrás
Es algo en lo que hacen hincapié especialistas en psicología afirmativa como Gabriel J. Martín: sé asertiva, llama a las cosas por su nombre y no des rodeos. Esto no quiere decir que todo tenga que ser formal o serio, pero puedes pensar las palabras de antemano para tener algo a lo que agarrarte. Puede que te topes con chantajes emocionales (es más usual en el ámbito familiar) o comentarios erróneos sobre tu identidad o tu realidad. No permitas que esto cale en ti o te desvíe de tu objetivo.
6. No lo relaciones directamente con tener pareja
Es muy habitual que las personas gais, por ejemplo, salgan del armario cuando encuentran pareja, y aunque esto es algo totalmente personal (hay quien no encuentra la motivación para dar este paso hasta que se siente feliz con alguien), no mezclemos amar con ser. Nuestra condición sexual no solo determina a quién amamos, sino también quién somos. Ten esto en cuenta a la hora de expresar tu identidad. Que no solo te respeten por la persona que está a tu lado, sino también por lo que luchas.

7. Permite que te hagan preguntas
Vivimos en 2021 y no podemos hacer por los demás la labor de respetar y entender la realidad LGTB+, pero es recomendable que no seamos totalmente estrictes en este sentido cuando salimos del armario. Seguro que les compañeres de instituto, universidad o trabajo que desconocen nuestras experiencias tendrán un montón de preguntas que hacerte, y quién mejor que tú, sobre todo si eres cercane a elles, para resolverlas. La naturalidad, la distensión y el humor son las mejores armas.
8. Ten paciencia, pero respeta tus líneas rojas
De nuevo, no es tu responsabilidad hacer trabajo pedagógico con quienes desconocen o rechazan nuestra realidad, pero a veces debemos tener paciencia con quienes queremos. Si a ti te ha costado aceptarte, porque vives en una sociedad LGTBfóbica, es más que probable que personas cercanas necesiten tiempo para entender cosas sobre nuestro colectivo. Pero que quede claro: tener paciencia no implica permitir conductas irrespetuosas. Los demás no tienen que tolerarnos, sino respetarnos.

9. Idea un plan B por si no sale como esperas
Esto es especialmente importante cuando hablamos de las primeras salidas de armario, por ejemplo con nuestros padres, o cuando el rechazo es sinónimo de inseguridad o desprotección, pero no está de más que lo consideres. Ten un plan B por si la reacción no es la esperada, o incluso si es violenta. Usa los recursos institucionales a tu alcance (cuando hablamos de centros académicos o empresas) y refúgiate en tu red segura de amigues para que te acompañen en situaciones duras o decepcionantes.
10. No dejes de ser visible en tu día a día
Es el último consejo, pero para nada el menos importante. Una circunstancia habitual es la de las personas que verbalizan que son LGTB+ por primera vez, y nunca más. Y también es probable, sobre todo en aquellos que no se lo toman tan bien, que su mente haga por olvidarlo. Ya que diste el paso, que no te suceda esto. Sé todo lo visible que puedas, habla de lo que te preocupa, de la gente que te gusta, del Orgullo que celebras… Si te aceptas con naturalidad, los demás también lo harán.