Salud al sol: cinco hábitos saludables para las vacaciones y cómo cumplirlos de verdad

¿Por qué no aprovechar las vacaciones para mejorar nuestra salud física y mental?
Con el verano llegan las despreocupaciones y el abandono de ciertos hábitos
Cinco trucos para estar sanote en verano para solteros, con pareja, con buena autoestima o no, con una salud fuerte o problemas físicos... ¡A cualquiera le van bien!
Con la llegada del verano lo habitual es tener un poco más de tiempo libre, y aprovechar estos ratos para mejorar nuestro estado tanto físico como psicológico es el planazo ideal. No hace falta mucho esfuerzo y las horas que dediquemos a poner en marcha estos trucos serán bien invertidas, ya que nuestra salud nos lo agradecerá.
Lo mejor de todo es que son hábitos tan sencillos que puedes empezar a practicar desde ya, y da igual si tienes pareja o estás soltero, si tu autoestima es sólida como una roca o floja, o si tu salud es de hierro o necesita mejorar. Todos, independientemente de nuestra forma física o mental, podemos vernos beneficiados. ¡No hay excusas que valgan!
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¿Descuidamos nuestra salud en verano?
Por norma general, sobrevaloramos la cantidad de autocuidados que nos proporcionamos. En otras palabras, creemos que prestamos más atención a nuestra salud de lo que en realidad hacemos, sobre todo cuando hablamos de lo psicológico. Esto sucede tanto a mujeres como a hombres y tampoco influye la edad que tengamos.
Si de por sí nos descuidamos un poquito durante todo el año, con la llegada del verano todavía más. Los motivos son que:
- Socializamos más, y aunque mantenernos distraídos y tener apoyo social es súperpositivo para la salud, también tiene un lado oscuro. Los seres humanos tenemos la mala costumbre de priorizar el bienestar de los demás frente al nuestro, y a veces centramos todas nuestras energías en satisfacer las demandas de los demás ignorando las propias.
- Descuidamos los horarios y la alimentación. Por un lado, nos acostamos con retraso, ya que al anochecer más tarde lo que apetece es salir a tomar algo y pasar tiempo fuera de casa. Además, cuando estamos en una terraza no prestamos mucha atención a nuestra alimentación. Abusamos del alcohol, los fritos y la comida ultraprocesada en general. Comer guarrerías de vez en cuando no es problemático, pero convertir esto en costumbre sí es malo para nuestra salud.
- Estamos más pendientes de la vida de los demás. No nos engañemos, Instagram es un arma cargada por el diablo. Pasamos horas cotilleando lo que hacen y dejan de hacer las personas a las que seguimos, y como en redes sociales todo parece perfecto, acabamos idealizando las vidas ajenas y devaluando la nuestra. Aunque las vacaciones de ese influencer parezcan idílicas, en realidad no molan tanto. Y aunque así fuese… ¿Qué ganas comparando tu vida con la de un desconocido? ¿Si sales ganando te vas a sentir mejor?
Empieza a mimarte más con estos trucos
Aprovecha este verano para poner fin a las conductas que tanto daño hacen a tu salud física y psicológica con los siguientes trucos:
- Di “no” a los planes por compromiso
Lo normal es que durante estos meses surjan más planes: ir a tomar una caña, ir a tu primer festival, alquilar un coche e ir a la playa… A veces te apetecerá muchísimo hacer estas cosas, pero en ocasiones lo único que querrás será quedarte en el sofá durmiendo la siesta o viendo alguna serie mientras comes helado.
En primer lugar, escúchate a ti mismo. ¿Eres capaz de identificar cuando asistes a algún plan por compromiso o porque de verdad te apetece? En segundo lugar, cuando rechaces alguno de estos planes, sé sincero. No te inventes excusas porque no hacen falta. Querer pasar tiempo a solas es un motivo tan válido como cualquier otro.
- Nadie se ha muerto por activar el modo avión del móvil
Los móviles son un invento maravilloso, ya que nos permiten conectarnos a personas que viven muy lejos y estar al tanto de lo que sucede alrededor del mundo. Sin embargo, vivir con el iPhone pegado a la mano como si fuese una extremidad tampoco es sano. Si eres adicto a las nuevas tecnologías, aprovecha el verano para ponerle remedio.
Deja de estar tan pendiente de la vida de los demás y, sobre todo, no intentes vender tu vida como si fuese una película de Disney. Disfrútala. No pasa nada por plasmar algún que otro momento con nuestra cámara, pero no vivas a través de una pantalla.
Por otro lado, desconecta del trabajo o de los estudios durante vacaciones. Nada de correos electrónicos ni llamadas a horas no laborales. Tu tiempo libre es solo tuyo.
- Vigila tu consumo de drogas legales
Hablo del alcohol y del tabaco, responsables de un montón de problemas psicológicos y enfermedades físicas como la ansiedad, la depresión, problemas cardíacos, distintos tipos de cáncer, etc. Una cosa es un consumo esporádico y otra muy distinta es fumar y beber alcohol de forma abusiva y constante. Si este es tu caso, recuerda que estás poniendo en riesgo tu salud.
Algunas personas consumen drogas legales sólo cuando están acompañadas por culpa de la presión social, y como en verano pasamos más tiempo acompañados, es habitual que se fume o se beba más. Corta el hábito.
- No te pases con el sol
Luce con orgullo tu tono de piel, tanto si es más blanquecina como si es oscura. No te avergüences de tu palidez ni te sientas obligado a tomar el sol de forma desmesurada para ponerte moreno sólo porque la sociedad considere estética la piel bronceada.
El sol parece inofensivo, pero lleva asociados muchos riesgos cuando nos exponemos a él a lo loco. Lo más suave que te puede pasar es que te quemes, pero también estás aumentando las posibilidades de desarrollar un melanoma o cáncer de piel. Por eso ponte protector solar, ten cuidado con las horas de riesgo y mantente hidratado.
- Invierte tiempo en ti mismo
Si tienes un día libre, no hace falta que hagas planes para sentir que lo has invertido bien. De vez en cuando es divertido y necesario pasar tiempo a solas alimentando nuestras aficiones o dándonos mimos. Lee un libro, prepara una receta que te guste, dibuja un poco, vete a dar un paseo con música o simplemente túmbate en el sofá sin más.
Nos cuesta mucho “no hacer nada”. Siempre queremos estar ocupados y a veces lo que nuestro cuerpo nos pide es desconectar. Haz caso a tus necesidades y date algún momento de relax.