El sexo antes de Tinder: así ligábamos por Internet hace 25 años

¿Cómo nos relacionábamos cuando no teníamos aplicaciones para conocer gente?
El IRC, los blogs, los foros, las listas de correo y otras formas de ligar antes de la llegada de Tinder
Hoy las apps de ligoteo y socialización han revolucionado la forma en que nos relacionamos, pero ya desde la llegada de Internet a nuestras casas a mediados de los noventa todos tuvimos claro lo que íbamos a hacer con aquel invento: conocer gente nueva e intentar acostarnos con ella.

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Internet ha cumplido 25 años. Vale, el término 'Internet' es tan vasto y amplio que es complicado decir cuando nació, pero se considera universalmente que el Internet que conoces hoy, en el que estás navegando para habar llegado hasta aquí, nació en 1994 con la invención del protocolo WWW. Y como 25 años dan para mucho, ya podemos hablar de un Internet vintage en el que los que navegábamos por él aún nos preguntábamos por las posibilidades de esa nueva herramienta.
¿Y cuál fue la posibilidad más poderosa y la que hoy usamos de modo constante? Conocer gente y, si hay suerte... dar un pasito más. Hacia la cama de esa gente. Y, si los astros se alinean y esos tres hechos confluyen en la misma persona, incluso mantener una relación con alguien que hemos conocido online. Hoy parece normal, cuando hay cientos de webs y plataformas dedicadas a ello que nos indican cuál es el soltero disponible que tenemos más cercano. Solo en Estados Unidos, la industria de las apps de contactos está valorada en 2.500 millones de dólares.

Todo esto no quiere decir que antes, desde el minuto uno en que Internet llegó a nuestras casas (en la segunda mitad de los años noventa, año arriba, año abajo), no hiciésemos amistades, no ligásemos y (sí, también), no nos acostásemos con gente. De hecho, se diría que si la tecnología de las telecomunicaciones avanza es, básicamente, porque el ser humano tiene cada vez más ganas de follar y menos ganas de trabajárselo. Veamos cómo nos lo trabajábamos antes:
El IRC: la primera vez que chateamos
Los lectores de más de 35 años sabrán perfectamente de lo que estoy hablando. Para el resto, el IRC fue el primer contacto que los usuarios de Internet tuvimos con lo que era "chatear". Un verbo que tuvimos que aprender sobre la marcha. El IRC era un programa que se instalaba en tu equipo y, tras conectarse a una de sus diferentes redes (en nuestro caso, el IRC Hispano) permitía entrar en un número casi infinito de canales de chat. Los había por lugares (#Pontevedra, #Granada), por aficiones (#Musicaindie, #Cineadictos) y por búsquedas mucho más concretas (#sexo, #gayjovenbuscamaduro, #lesbianasdeasturias).

"Muchos de mis actuales amigos salieron de un canal de cine del IRC", cuenta Guillermo, periodista de 37 años que vive en Madrid. "Había un canal de cine enorme, con cientos de personas, y algunos que nos llevábamos mejor nos fuimos a uno más pequeñito. Allí se juntaron unas cuantas personas a las que no solo unía lo del cine, sino el deseo de irse de su provincia y vivir en Madrid. Aquello funcionó como encuentro previo a una especie de éxodo: cuando llegué a Madrid, sin conocer a nadie, ya tenia algún amigo gracias a ese canal. Y lo mejor de todo es que ahí, en una cafetería en la Gran Vía, es cuando vi por primera vez la cara de la mayoría de ellos. No nos habíamos enviado ni una foto: nadie tenia entonces cámaras digitales".
Los blogs: como Instagram, pero sin fotos y con muchísimo texto
Raquel, editora de guías de viajes residente en Barcelona de 37 años, tenia un blog cuando casi nadie lo tenía (hablamos del año 2002) y ahí, a través de los comentarios que le dejaban sus lectores, hizo amigos que también mantiene a día de hoy. ¿Cómo llegaba alguien a tu blog si no estaba extendido el uso de los buscadores? Bueno, existir existían, aunque no fuesen tan buenos como Google. Y, sobre todo, alguien te lo recomendaba y tú empezabas a seguirlo. "El sistema era un poco el mismo que el actual, era algo social", explica. "Otras personas aparecían en la columna de blogs recomendados e ibas probando de enlace en enlace hasta dar con alguien que te interesara cómo escribía y lo que contaba. Claro que a veces dabas con alguien totalmente al azar buscando información sobre una serie o película o sobre algún personaje, ahí había un poco de magia. Supongo que el equivalente actual sería hacer una búsqueda por hashtags en Instagram".

"En la vieja Internet he conocido a personas que han seguido en mi vida", remata Raquel. "A veces nos hemos desvirtualizado, a veces no, a veces hemos sido confidentes muy íntimos y otras nunca hemos roto la barrera de hablar de todo pero de nada personal; algunos han llegado a ser amigos queridos y muchos han desaparecido del todo de mi vida, justo como en la vida real. Antes daba pudor reconocer que habías conocido a alguien por Internet. Y a la vez, qué paradoja, nos abríamos mucho más porque sabíamos que nadie iba a perder ningún trabajo por lo que contase. Vivir en la vieja Internet era un poco como estar en el salón de tu casa, no en un escaparate".
Los foros: así aprendió toda una generación a insultar (y seducir) a desconocidos
La siguiente historia se pone interesante porque aquí hay sexo. Paula, guionista de 34 años, se metió en el foro de una cantante a la que seguía con fervor cuando apenas había superado la mayoría de edad, a comienzos de este siglo. "No era una cantante famosa, más bien conocida en círculos de salas de conciertos en Madrid. En el foro había hordas y hordas de fans, pero por algún motivo ella, que también se metía en el foro, me escribió y nos añadimos al Messenger". Que era la manera en la que, en su día, una relación pasaba a ser más íntima para poder chatear.

"Charlábamos hasta las seis de la mañana. Un día nos conocimos y nos acostamos. Fue la primera chica con la que estuve. Ella, por cierto, tenia novia. Y hoy su novia y yo somos muy amigas y a la cantante no la he vuelto a ver". Hoy los foros siguen existiendo (pensemos en el gigante Forocoches), pero hoy ese espíritu se mantiene casi exclusivamente en los grupos de Facebook, que han sustituido a los viejos foros casi por completo.
Las listas de correo: como un foro pero más fácil todavía
Funcionaban como un foro, pero todos los mensajes te llegaban a tu mail y desde tu mail tenías que responderlo. La verdad, eran un poco complicadas porque a veces te petaban el mail y aquello era un lío. Pero a nuestro siguiente protagonista, Manuel, que sobrepasa los 40, le sirvió para tener alguna cita y hasta echarse novia en el año 2000. "Era una lista de correo de La Vía Láctea, el bar de Madrid. Pusieron carteles para que te apuntases y nos apuntamos un montón de gente que no teníamos nada que ver. Había mods, punks, indies, modernos... que iban desde los 17 a los 40 años. La mayoría nos acabamos conociendo porque todos íbamos a ese bar.

Hice muchos amigos gracias a ese invento e incluso me eché novia. Lo malo es que su exnovio mod era también del grupo de correo y amenazó con patearme la cabeza. Tuve incluso una cita a ciegas con una mujer que me doblaba la edad (yo tenía 22, ella 40). Recuerdo con mucho cariño aquello porque por primera vez me di cuenta de que con el anonimato de Internet yo era mucho más gracioso, atrevido y lanzado. Y como cuando conocías a la gente en persona tenía que mantener ese personaje, acabé siendo más atrevido y lanzado también en la vida real".