Compaginar un trabajo parcial con los estudios es posible con una buena organización y cero distracciones

Compaginar ambas tareas es un reto solo apto para valientes, pero la clave está en mantener una buena organización y controlar la situación
Estudiar y trabajar al mismo tiempo siempre ha sido una auténtica proeza al alcance de muy pocos. Es verdad que hay personas que, con un trabajo más o menos estable, deciden volver a estudiar para ampliar conocimientos, intentar especializarse en una materia concreta o probar suerte con algo distinto. Pero en la mayoría de los casos, son los jóvenes los que compaginan ambas cosas, y esto tiene mucho que ver con una necesidad: la de poder pagar los estudios. ¿Te suena, verdad?
Es una situación bastante común. Aunque el mercado no es todo lo receptivo que deseamos: la tasa de paro juvenil en España es la más alta de Europa, un 32,7% en el último trimestre de 2019, según Eurostat. Y para aquellos privilegiados que consiguen encontrar un empleo con el que poder financiar su formación, las condiciones suelen dejar bastante que desear. No te vamos a contar nada que no sepas ya.
MÁS
Trabajar a media jornada se convierte en la forma más habitual de ganar dinero sin descuidar los estudios. El trabajo a tiempo parcial es aquel que un trabajador asalariado realiza por un número de horas inferior al que desempeñan los contratados a tiempo completo. En la práctica, se entiende que son jornadas semanales de menos de 35 horas.
Dedicar semejante cantidad de horas a unas prácticas o un trabajo con el que poder sacarte un dinero y, al mismo tiempo, preparar clases, estudiar y aprobar exámenes es una verdadera hazaña con la que pocos se atreven. Si ya lidias con trabajo y estudios o estás pensando en hacerlo, atento a estos 'superconsejitos'. En Yasss queremos echarte una mano para que puedas compatibilizarlas sin morir en el intento.

Orden y control de la situación
Compaginar dos esferas que requieren de tanto esfuerzo y que consumen tanto tiempo puede parecer difícil de gestionar. Y lo es. Puedes llegar a pensar que apenas tienes tiempo para ti. Pero si cuentas con una buena organización todo será mucho más fácil. Ayúdate de agendas, calendarios o de aplicaciones para el móvil.
Comienza por calcular cuánto tiempo dedicas a cada una de tus facetas. Una vez cuantificado, piensa en cómo quieres distribuir el tiempo restante. No se trata de hacer en todo momento lo que dicte un horario, pero lo cierto es una situación como la tuya cuentas con menos margen para la improvisación. Recopilar las cosas que quieres o tienes que hacer te ayudará a tomar decisiones y priorizar. Y también contribuirá a algo muy importante: que inviertas el tiempo (en una opción u otra) de una forma consciente, sabiendo que es porque tú lo has decidido así, y no por inercia o dejadez. Tener el control te ayudará a evitar agobios.
El tiempo para ti es sagrado
Parece difícil conseguirlo, pero ha de ser una de tus prioridades. La lógica está clara: si trabajo para pagar mis estudios me merezco contar con algo de tiempo que repartir como yo quiera. Hay que dar la importancia justa a cada faceta de tu vida, y el ocio y el tiempo libro tienen mucho que ver con tu bienestar.
¿Plan con tus amigos para tomar algo? ¿Prefieres hacer un maratón de series por la noche? ¿Organizar una escapada exprés para desconectar el fin de semana? No se trata de que dejes de hacer lo que te guste, ¡solo faltaría! Solo tienes que organizar los tiempos de desconexión para poder exprimirlos al máximo junto a tu familia y tus amigos. ¡Van a ser tu salvavidas!

La eficacia es tu mejor aliada
Si trabajas y estudias al mismo tiempo hay algo de lo que te tienes que despedir: la procrastinación. Con semejante cantidad de horas ocupado, no puedes permitirte perder el tiempo o retrasar tareas sin motivo. Estar concentrado, marcarte objetivos realistas que poder cumplir, evitar las distracciones y no enquistarte con los problemas son los mejores remedios para lograr tus metas.
Todo se resume en una idea: ser eficaz. Piensa, por ejemplo, en qué malgastas el tiempo: seguro que hay tareas con las que te recreas en exceso. Céntrate: evita el móvil mientras estudias, no remolonees en cama, ahorra tiempo eligiendo la ropa que te pondrás mañana o haz una lista para hacer la compra. Hay muchos trucos sencillos con los que puedes ahorrar tiempo. ¡Y cada ratito que ganes es de agradecer!
Cuídate y recupera energías
¿Tengo poco tiempo y aún encima tengo que dedicar el poco que me sobra a hacer deporte? Pues sí y no. Te puede parecer que cuidar tu alimentación, hacer ejercicio o descansar como es debido son más obligaciones a sumar a la lista. Pero lo cierto es que, aunque te pueda costar al principio, poner en marcha estas rutinas te va a ayudar y mucho.
Cuidarte, en todos los sentidos, va a contribuir a que el ritmo de vida que llevas no te pase factura. Deberías de intentar descansar unas 7-8 horas en la medida de lo posible. Llevar una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras, intentar sacar tiempo para hacer algo de actividad física y practicar unos minutos de meditación o yoga, por ejemplo, son cosas que te harán mucho bien. Tu cerebro podrá recuperar fuerzas y rendir al mejor nivel.
