En un momento en el que se valora el éxito por encima de cualquier otra cosa, se quiere todo y se quiere ya, se sueña con desempeñar una profesión sin haberse preparado para ella y se valoran más los followers que el curriculum, Lidia San José es el mejor ejemplo de esa actriz "hormiguita" que no ha dejado de currar.
"Llevo 25 años dedicándome a esto, desde que tenía 11, así que mi desarrollo como persona y como mujer ha sido dentro de esta profesión", me cuenta Lidia, aunque en cuanto hablamos de años enseguida me comenta entre risas: "Voy a empezar a quitarme ya años porque si no luego se nota más".
Lidia San José tiene 36 años, no sé si quitados o sin quitar, y lleva un cuarto de siglo trabajando como actriz, que se dice muy pronto. Y que me perdone por meter el dedo en la llaga con los años para aquí y los años para allá, pero es que su carrera es bastante fuerte. Debutó en una de las series de más éxito del momento (del momento de 1998), 'A las once en casa', donde hacía el papel de la hija adolescente de Ángel, interpretado por Antonio Resines. En la serie también participaban Ana García Obregón, Carmen Maura y Agustín González. Vamos, lo mejor de lo mejor.
"Yo siempre quise ser una niña actriz y al final me convertí en una adolescente actriz", me dice Lidia, mientras recuerda que de pequeña soñaba con ser como Marisol y se sabía sus películas de memoria. Fueron sus padres quienes decidieron apuntarla a clases de interpretación creyendo que la cosa no iría a más, y fueron también sus padres los que la mantenían con los pies en el suelo mientras ella se convertía en una de las caras más reconocibles de la televisión.
Se me ocurrió preguntarle si la fama se lleva peor ahora, por eso de que los fans tienen (tenemos) acceso directo a sus ídolos a través de las redes sociales y pueden dar la brasa (para bien y para mal) con tan solo abrir una aplicación. Lo que me contestó me pilló por sorpresa. Sin duda alguna, era mucho peor ser famosa en los 90. ¡Dale al play y ve tu mismo la contestación de Lidia!
Quizás tú no supiste nada de Lidia hasta que viste 'Paquita Salas'. Ella tampoco ha sido la típica actriz que acaparaba todas las portadas de las revisas ni salía en todos los anuncios de televisión, quizás por eso mucha gente se ha creído que el personaje de Lidi eran 100% real. La Lidi de Paquita simboliza como nunca nadie había logrado plasmar antes lo que es ser actriz "de segunda", de las que no invitan a los Premios Goya. Esas actrices que llevan años luchando por un papel, que han hecho mil castings y que las han rechazado o ni siquiera las han visto por miles de motivos y que de vez en cuando se hacen un Pasapalabra.
"Trabajar con los Javis es un sueño, son unos genios", comenta Lidia cuando hablamos de Lidi. Sin embargo, ella sabe por experiencia que en su profesión también hay que relativizar los momentos de éxito: "Todo este boom que hay ahora es un fenómeno que no es real, que luego la gente se volverá a olvidar de mí porque tiene que ser así, tienen que salir otros y tienen que trabajar otros".
Éxito y fracaso son dos palabras que no significan tanto para la gran importancia que le damos. Mientras que muchos pensamos que lo que no es un éxito es un fracaso y viceversa, Lidia San José sabe mejor que nadie cómo convivir con estos dos términos revoloteando alrededor de tu carrera: "Absolutamente todos los actores tienen fracasos. A todos los actores nos dicen que no más veces que sí. Hasta los mejores actores del mundo han pasado periodos sin trabajar. El fracaso no es no trabajar. Para mí el fracaso es no ser feliz teniéndolo todo. Yo lo he tenido todo: nacer a finales del siglo XX, en una familia de clase media, habiendo estudiado… si lo tienes todo y no consigues ser feliz, eso es el fracaso para mí".
La última pregunta es evidente. Entonces, ¿qué es el éxito? "El éxito es buscar tu felicidad con los condicionamientos que tengas. Yo soy una persona feliz por decisión, yo trabajo cada día por ser feliz".