Cinco consejos para disfrutar en pareja si solo eres capaz de tener orgasmos con la masturbación

Si solo tienes orgasmos cuando te masturbas en solitario, puedes sufrir lo que se conoce como anorgasmia situacional
Ser incapaz de disfrutar en pareja puede provocar frustración, problemas de pareja y ansiedad cuando vas a acostarte con alguien
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La anorgasmia situacional es la incapacidad para tener orgasmos en una situación concreta, generalmente durante el sexo en pareja. Quienes sufren este problema sexual, normalmente llegan al clímax con la masturbación en solitario, pero cuando están con otra persona se bloquean, empiezan a agobiarse pensando que no van a disfrutar, y al final se centran tanto en conseguir un orgasmo, que el orgasmo nunca llega.
¿Te suena de algo esta descripción? Si la respuesta es sí, no estás solo. La anorgasmia situacional es mucho más común de lo que pensamos y aunque afecta sobre todo a mujeres, también puede ocurrir en hombres. En ambos casos, es frustrante, puede provocar problemas en la relación y convierte el sexo en una preocupación cuando debería ser algo divertido.
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En algunos casos, la anorgasmia situacional requiere de asesoramiento profesional. Si siempre has tenido orgasmos en pareja y de repente no, y además no hay ninguna razón evidente (por ejemplo, que te has echado una nueva pareja o que estás muy estresado), conviene ir al médico para asegurarte de que no hay ninguna causa biológica. Si la anorgasmia situacional es psicológica, te recomiendo hablar con un psicólogo o sexólogo. Que no te de vergüenza, es mejor pedir ayuda y disfrutar del sexo, que resignarse a vivir sin orgasmos en pareja.
En otros casos, con algunas pautas psicológicas es posible aprender a disfrutar del sexo en pareja y llegar a tener un orgasmo.
1. Hablad más de sexo
Lo primero y más importante es desestigmatizar las conversaciones sobre sexo o, en otras palabras, hablar más sobre el tema. Eso significa que está prohibido fingir orgasmos. Si tu pareja te está tocando de una manera que no notas nada ni te da placer, indícale cómo hacerlo de otra forma. Si te gusta lo que hace, díselo. Si hay alguna postura o práctica que te horroriza, cuéntaselo sin vergüenza ni culpabilidad, y si quieres probar algo nuevo, comunícalo.
¿Y fuera del dormitorio hay que hablar? También. ¿De qué? De lo que os gusta, de vuestras experiencias pasadas (no hace falta dar muchos detalles, pero si hay algún trauma suele ser constructivo comunicárselo a la pareja), de vuestras expectativas o de vuestros límites. En definitiva, de todo lo que os ronde la cabeza.
2. Sin prisas, sin presión
¿Cuántas veces te has empezado a agobiar porque llevabais una hora y todavía no te habías ‘corrido’? La presión temporal, es decir, hacerlo con una cuenta atrás mental, puede arruinar por completo la excitación. Para evitar esto, ayuda hablar con tu pareja y decirle que quizá tardas más, pero que no es porque no te excite ni mucho menos. Pídele que tenga paciencia. También es importante escoger momentos en los que no tengáis prisas, y si las hay, optar por otras prácticas sexuales como la masturbación en pareja o en solitario, pero juntos.
3. Deja de buscar el orgasmo a toda costa
Otra de las cosas que arruina el placer es centrar todo en el orgasmo, es decir, que el objetivo del sexo sea el clímax y después no hay nada más. Esto es muy habitual en prácticamente todas las parejas y ligues: os acostáis y cuando tenéis un orgasmo, paráis.
De vez en cuando, parad aunque no hayáis tenido un orgasmo. Centraos en otros indicadores, como el placer durante el sexo o probar cosas nuevas. También es útil dedicar tiempo al cuidado post-sexo, es decir, a seguir dándoos mimos o placer incluso cuando uno de los dos ha alcanzado el clímax.
4. Amplía tu placer en solitario
Si siempre te masturbas en la misma postura, viendo el mismo vídeo porno y en el mismo lugar de la casa, tu cuerpo se acaba habituando a esa estimulación. Cambia un poquito para poder diversificar tu placer y facilitar la consecución del orgasmo en pareja. ¿Cómo? Probando juguetes, cambiando la postura, intentando disfrutar utilizando tu imaginación o masturbándote en otras estancias de la casa (por ejemplo, la ducha o el sofá). Si te cuesta disfrutar con estas novedades, puedes empezar como siempre y cuando alcances un buen nivel de excitación, introducir un pequeño cambio en tu rutina de masturbación.
5. ¿Juguetes sexuales? Sí, gracias
Los juguetes sexuales son el gran invento del siglo XXI y además en los últimos años el catálogo se ha ampliado muchísimo apareciendo novedades para la estimulación vaginal, del pene, del ano o de los pezones, entre otras zonas. Vamos, que te guste lo que te guste, hay un juguete para ti.
Además de utilizarlos en solitario, te recomiendo introducir los juguetes en tus prácticas sexuales en pareja. Es una forma de enriquecer el placer y de acostumbrarte a tener orgasmos en pareja con una pequeña ayuda.