Nervios, traumas o mala educación sexual: causas y tratamiento de la anorgasmia, la disfunción que afecta a un 30% de mujeres


La anorgasmia es una disfunción que puede afectar hasta al 30% de las mujeres de todo el mundo. Consiste en la imposibilidad de alcanzar el orgasmo, ya sea en pareja o en solitario.
La masturbación es una parte muy importante de la sexualidad, aunque sea un tabú en muchas casas. Esta conducta saludable y llena de beneficios tiene funciones muy importantes, entre ellas, conocer mejor nuestro cuerpo; algo fundamental para poder disfrutar del sexo con otra persona después.
Si no sabemos qué nos gusta ni entendemos nuestra fisiología, la cosa puede complicarse cuando entre en juego un segundo cuerpo. Los nervios, las expectativas, el estrés… añadir a otra persona a la ecuación puede llegar a complicar la situación y, en muchas ocasiones, esto acaba retrasando o negando la posibilidad de alcanzar el orgasmo. A esta situación se la conoce como anorgasmia situacional, y es un problema más común de lo que parece, especialmente entre la población femenina. Según la sexóloga francesa Valerie Tasso, afecta a alrededor del 30% de las mujeres de todo el mundo.
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“La historia de la represión sexual femenina viene desde el Génesis, cuando el paraíso se pierde por culpa de Eva y su deseo", asegura Tasso en una entrevista con la revista Business Insider. “En el caso de la anorgasmia, y de ciertos problemas sexuales, se trata de una dificultad, no de una disfunción. Si la sexología está en manos de médicos se patologiza, mientras que los sexólogos lo ponen en valor”. Según explica la profesional, la mayoría de las mujeres que pasan por su consulta acuden para pedir ayuda sobre la falta de orgasmos. “Se cura en terapia corta”, asegura en las mismas declaraciones.

Pero ¿por qué sucede esto? ¿Hay alguna razón para que afecte más a las mujeres? ¿Cuánto hay de psicológico en esta disfunción? En Yasss respondemos a estas preguntas.
¿Qué es la anorgasmia?
La anorgasmia es una disfunción sexual por la que las personas que la sufren se ven incapacitadas para alcanzar el orgasmo durante sus relaciones sexuales, ya sea con otras personas o durante la masturbación. Básicamente, es la incapacidad para alcanzar el orgasmo, o bien un retraso duradero del mismo, pese a estar previamente excitado.
En otras palabras, el sexo va bien hasta que llega el orgasmo. Hay lubricación o erección y todos están psicológicamente excitados, pero no se puede alcanzar el orgasmo o cuesta mucho llegar a él. Hay dos tipos de anorgasmia, la generalizada o la situacional:
- La anorgasmia generalizada se produce cuando la persona es incapaz de alcanzar el orgasmo en cualquier situación, independientemente de si está sola, con otra persona, en una postura determinada o con juguetes.
- La anorgasmia situacional se produce cuando los problemas para alcanzar el orgasmo se dan solo en situaciones muy determinadas. Normalmente, sucede cuando se mantienen relaciones sexuales con otra persona, no durante la masturbación en solitario.
Algunos profesionales también distinguen entre la anorgasmia primaria, que se da en personas que nunca han tenido un orgasmo, y la secundaria, que se produce en gente que ha tenido orgasmos anteriormente, pero ya no.

¿Por qué ocurre esto?
La anorgasmia es una causa bastante habitual de consulta sexológica, pero cada paciente es un mundo. Si quieres conocer cuáles son los motivos específicos que te producen anorgasmia, lo mejor es ponerse en manos de un psicólogo especializado en disfunciones sexuales, para tratar el tema en profundidad y poder ponerle solución. No obstante, hay una serie de factores comunes que pueden ayudarte a entender qué es lo que ocurre, tal y como explica la psicóloga Marina Pinilla:
- Educación sexual inadecuada
En muchas familias, el sexo se ha vivido como un tabú, fruto de una educación muy conservadora, machista y severa. Ese es el caldo de cultivo perfecto para desarrollar una relación culpable y vergonzosa con el sexo, aunque la realidad debería ser bien diferente.
- Trastornos psicológicos
Patologías como la ansiedad o la depresión pueden tener un peso fundamental en nuestra vida sexual. Si es el caso, es importante hablar de ello con el psicólogo y revisar, en caso de tomarla, la medicación, ya que algunos fármacos afectan al deseo sexual o al orgasmo. El sexo también forma parte de la salud, y seguro que hablándolo dais con una solución más efectiva.
- Problemas de pareja
La falta de comunicación, las discusiones, los conflictos no resueltos… todos los problemas de pareja tienen un efecto en las relaciones sexuales, especialmente si se callan y no se resuelven correctamente. Es uno de los puntos centrales de cualquier terapia: sin explicitación y diálogo, no vamos a ningún sitio. Si no dais con la clave, hablar con un profesional puede dar un impulso a vuestra relación.

- Adoptar un rol pasivo
El “rol del espectador”, explica Pinilla, es el papel que toma quien considera que su pareja debe hacerlo todo en el sexo, mientras que él o ella deben limitarse a disfrutar. Spoiler: en la cama, el placer es cosa de todos los involucrados. Responsabilizar al otro de nuestro propio disfrute solo lleva a la decepción y el desgaste.
- Miedo a no rendir
Las expectativas siempre juegan malas pasadas y el miedo a decepcionar a la pareja, sobre todo en las primeras experiencias sexuales, puede ser paralizante. Al final, por culpa de unas perspectivas absolutamente desmedidas, ni disfruta uno ni disfruta otro. No siempre es fácil ponerlo en práctica, pero lo mejor es dejarse llevar y entender que el sexo también es cuestión de práctica.
- Experiencias traumáticas
Infidelidades, violaciones, violencia de género… hay personas que han sufrido sucesos traumáticos en su pasado y no notan las secuelas hasta que no pasa el tiempo. En estos casos, es especialmente importante ponerse en manos de un psicólogo, para tratar todos los problemas que puedan haberse derivado de la situación.

- Complicaciones físicas
En el 5% de los casos, aseguran desde el blog del espacio ginecológico Gynea, la anorgasmia puede deberse a un problema fisiológico. Los más habituales son la sequedad vaginal, los desordenes hormonales, el dolor pélvico o algunas enfermedades crónicas.
¿Hay solución?
La buena noticia es que, con el tratamiento adecuado, la mayor parte de los casos de anorgasmia pueden tratarse. En el caso de la impotencia masculina, existen fármacos efectivos, y en el caso de la femenina, suele apostarse por el tratamiento sexológico. Existen diferentes modelos terapéuticos, todos bastante parecidos y efectivos, y suelen basarse en la potenciación de la erotofilia y el conocimiento del cuerpo, la autoestimulación, la erotización sensual y la capacitación orgásmica. Con ayuda profesional y un poco de paciencia, explican los sexólogos, se puede superar esta disfunción.
Anorgasmia femenina ¿la disfunción sexual con mejor pronóstico? https://t.co/DY34upP1hD
— Psicopedia (@psicopedia) 20 de diciembre de 2020