Sexo, drogas y alcohol: descubre qué es el chemsex y cuáles son los peligros de practicarlo


Desde hace una década, el chemsex, “el uso intencionado de drogas psicoactivas para mantener relaciones sexuales”, ha aumentado. Decenas de organizaciones advierten de los peligros que pueden derivar de su práctica.
A principios de 2015, el abogado Henry Hendron tenía 34 años, una exitosa carrera, un apartamento en el centro de Londres y "una relación saludable” con un joven de 18 años, Miguel Jiménez, con el que era "muy feliz". Sin embargo, la práctica del sexo químico, conocido como ‘chemsex’ (una palabra compuesta por las inglesas ‘chemical’ y ‘sex’), le había dejado "enganchado" en los últimos años, y le propuso probarlo a su pareja. Compró mefedrona y GHB para compartirlas con él, pero el chico murió de una sobredosis.
Hendron fue arrestado en enero del mismo año, se declaró culpable de cargos de posesión de drogas y de intento de proveerlas y, después de varios años de inhabilitación, volvió a ejercer hace unos meses. En unas declaraciones a la BBC, Hendron explicaba lo peligrosos que podía ser el cóctel de estupefacientes que se usa durante la práctica de chemsex, que puede llevar a la pérdida de conciencia, el coma o incluso la muerte. Sobre su caso en particular, asegura que “cada día que pasa” siente responsabilidad por la muerte de Jiménez. “Yo era el mayor, debí haber sabido mejor, yo tenía 34 años y él, solo 18. Debí ser yo el que dijera 'no lo vamos a hacer'...”, se lamenta en la entrevista con el medio británico. “No hice la llamada cuando debí hacerla y por esa razón, solo por esa razón, cargo esta tragedia en mis hombros”.
En Londres, esta práctica es un fenómeno de salud pública; en algunas clínicas de la ciudad pueden reportar cientos de casos al mes relacionados con un consumo problemático relacionado con el sexo químico. En España ya se han detectado numerosos casos de drogodependencia, e incluso algunos decesos, vinculados a esta práctica.
El sexo prohibido en pandemia: orgías, intercambio de parejas y 'chemsex'
— El Independiente (@elindepcom) 22 de noviembre de 2020
🖊 Un reportaje de @anagayuso9 y @fer_bargar https://t.co/Eo6LPre71j
Los peligros del chemsex
Los expertos advierten de que la práctica de chemsex ha aumentado en los últimos años, en parte impulsado por el uso de las aplicaciones para ligar y el fácil acceso a drogas de precios más asequibles para soportar largas sesiones de sexo, que pueden durar días. Esta práctica no es otra cosa que “el uso intencionado de drogas psicoactivas para mantener relaciones sexuales, generalmente entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), en sesiones de varias horas o días y con múltiples parejas”, según explican desde el portal de Salud Madrid. “Cuando las drogas son administradas de forma intravenosa se conoce como ‘slamming’ o ‘slamsex’”.
Precisamente en Madrid, la práctica del sexo químico está convirtiéndose en un problema de salud, según advertía el diario ABC el año pasado, que puede derivar en problemas graves en las personas que lo practican, como cuadros psicóticos, infecciones intravenosas o contagios de VIH. Desde el medio aseguran que muchos de los casos de contagio de este virus están relacionados con sesiones de sexo de estas características, en las que muchas veces no se usan “métodos de protección y entre los participantes se encuentran seropositivos”. En 2018, añaden, tres personas murieron a consecuencia del consumo de estas sustancias en estas fiestas.
📣 Chemsex: cuando la droga no solo es evasión sino una salida al rechazo para la comunidad #LGTB vía @ElSaltoDiario@StopsidaONG y @ACATHI hablan sobre su perspectiva frente al #Chemsex#RealidadesLGTBIhttps://t.co/1oyj3WGLSL
— Federación Estatal LGTBI+ (@FELGTBI) 17 de noviembre de 2020
Desde la ONG Apoyo Positivo, que realiza miles de pruebas gratuitas anualmente para detectar el virus del VIH a tiempo, comenzaron a observar en 2015 que repuntaban enfermedades como la Hepatitis C o la sífilis, y que estas se habían vuelto resistentes a los tratamientos con antibióticos. Los casos que les llegaban, aseguraban al diario, estaban relacionadas con orgías ligadas al consumo de estupefacientes. Con los años, las cifras de afectados derivados de estas prácticas no han hecho más que aumentar.
¿Qué drogas se usan?
Aunque la práctica de chemsex no es nada nuevo, parece que sí lo es el consumo de sustancias en forma de cóctel, la duración de las sesiones y la toma de contacto de quienes van a participar de esta actividad por internet. De una década a esta parte, las instituciones han comenzado a poner la mirada en esta práctica, lanzando estudios y actividades informativas sobre sus peligros. Los expertos, sin embargo, dicen que las inversiones son reducidas y no les permiten trabajar como la situación requiere.
En lo que respecta a las drogas que forman ese cóctel, se puede hablar sobre todo de tres: la mefedrona, la metanfetamina y el GHB, que inciden directamente en la práctica sexual. Sin embargo, pueden (y suelen) entrar muchos estupefacientes distintos en juego. Quienes las toman, explican desde Madrid Salud, “sienten una euforia intensa, un aumento de la concentración, locuacidad y empatía”, así como el incremento del deseo sexual. Estas drogas “estimulan los sentidos, intensifican el placer y permiten largas sesiones”, aunque también disminuyen la percepción del riesgo para quienes lo practican, que se centran en el “aquí y el ahora”.
Las consecuencias son graves, aseguran desde el portal. En lo que respecta a la vida sexual, se puede perder el interés en las prácticas que no se relacionan con las drogas, se aumenta el riesgo de contraer una enfermedad infecciosa y de abusos sexuales. Además, también puede derivar en adicciones, sobredosis, efectos graves a nivel neurocognitivo y problemas sociales y económicos.
Desde el punto de vista de la salud pública, este fenómeno representa un gran desafío. Se necesita inversión y planes, así como extender la mano a las personas que quieren salir de esta situación; administraciones y organizaciones como el colectivo LGTBI de Madrid, COGAM, han puesto a disposición de quien lo necesite líneas abiertas de ayuda e información.