El vello es bello: la depilación integral puede exponer a riesgos innecesarios


La depilación es una moda con siglos de antigüedad. Sin embargo, la tendencia más reciente, la depilación integral, podría tener algunos riesgos.
El pelo púbico es una barrera protectora contra agentes externos. Pero, ¿realmente es tan útil ahora como en el siglo III?
La naturaleza es sabia: si algo está en nuestro cuerpo, cumple una función. El corazón bombea la sangre, la nariz recoge y canaliza el aire y el vello púbico, aunque nos empeñemos en acabar con él, protege los genitales. Durante todo el año, pero especialmente en verano, mucha gente decide cortar por lo sano y acabar con sus pelillos, sin saber que con ello se exponen a ciertos riesgos.

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Por comodidad, por estética, por presión… cada uno elige qué depilarse, por qué y cómo. Porque en la depilación también hay tendencias: en lo que se refiere a la genital, quizás la más popular sea la integral o Hollywood, que consiste en no dejar ni un pelo asomando por la zona. Los pubis aniñados son una de las grandes peticiones en los centros de estética, pero desde el punto de vista ginecológico no son muy buena idea. El pelo es una barrera protectora, y acabar con él es romper lazos con uno de nuestros mejores aliados contra las infecciones.

¿De dónde viene la depilación integral?
Aunque los años de tiranía depilatoria estén por fin llegando a su fin, su imperio se ha extendido durante miles de años. Detrás de la moda de la depilación integral parece estar el auge del porno, pero según cuenta la revista Vanity Fair, ya se daba en el Antiguo Egipto, navajas de sílex y cremas depilatorias (con sangre de animales, miel y azúcar, entre otras), mediante.
A los griegos, conocidos por su culto a la juventud, inocencia y belleza, nada les excitaba más que un cuerpo totalmente depilado, y se ponían a ello con ceras y piedras pómez. Por su parte, los romanos encargaban a los esclavos la depilación de sus pubis, y las mujeres judías e indias optaban por la depilación con hilo para acabar con su vello en los genitales. En la Edad Media, el pubis volvió a la selva. Así se mantuvo durante años, como puede verse en el Adán y la Eva del retablo 'El Cordero Místico', de Van Eyck.
Jan van Eyck (18) :"El Cordero Místico" (1432). "Adán y Eva". Paneles superiores de los extremos derecho e izquierdo. pic.twitter.com/seiOYblEbk
— José Zalaquett (@JoseZalaquett) 18 de enero de 2015
Más adelante, hasta el siglo XIX y quizás por el influjo de la Iglesia católica, que consideraba el vello púbico una bestialidad y un signo de lujuria, los pintores empezaron a presentar a las protagonistas de sus cuadros más depiladas. No hay más que pasear por el Prado y buscar las entrepierna de ‘La maja desnuda’ de Goya y ‘Las tres Gracias’ de Rubens.
Ya en el siglo XX, la moda fue llevar la zona cargada de pelo hasta los 80. Desde esa década hasta entonces, las modas han ido en detrimento: al principio fue la línea del bikini, pero pronto llegaron ‘Sexo en Nueva York’ y las citas mensuales de Samantha para hacerse las brasileñas. Con la llegada del milenio, la cosa se complicó: los 2.000 empezaron con dos dedos de pelo sobre los labios genitales, pero pronto evolucionaron a la depilación integral. Una moda bastante que parece que, poco a poco, va desapareciendo para que cada cual lleve los genitales como le de la santa gana.
Evolución de la depilación íntima a través de la historia. pic.twitter.com/p3MiwvV4Lq
— Laura Jazmín (@lajabenitez) 15 de mayo de 2015
¿Por qué es tan nocivo?
Venga de donde venga, la depilación ‘Hollywood’ genera conflicto entre los profesionales médicos. Algunos dermatólogos y ginecólogos repiten que la función del pelo es la de ser una barrera protectora, y que la depilación total del mismo puede favorecer la aparición de herpes u otras ITS. Además, puede generar molestias e irritaciones en la zona genital. Sin embargo, otros reconocen que la función del pelo era protegernos cuando no llevábamos ropa; ahora que llevamos doce capas a diario, no parece tan necesario.
En cualquier caso, parece que, más allá de la estética, los médicos comparten que quitar el vello púbico no tiene ninguna ventaja, pero sí muchos riesgos. Cortes, heridas, foliculitis, herpes… todo un abanico de patologías que nos pueden llevar por el camino de la amargura. La depilación no deja de ser un negocio que ingresa mucho dinero, y el incremento en la demanda podría deberse precisamente al marketing.

Según datos de la consultora Kantar Worldpanel, de los que se hace eco El Confidencial, 17.2 millones de consumidores compraron en 2016 productos de afeitado. En España, este sector facturó más de 85 millones de euros, informa el diario. Una tarta de la que muchos empresarios quieren un trozo. Quizás solo ellos sepan qué nos deparará la moda genital el año que viene.