El fin del Satisfyer podría haber llegado: ¿sabes qué es y cómo practicar el ‘humming’?


El ‘humming’ es una técnica sexual que convierte a cualquier persona en un vibrador. Conseguir un resultado óptimo no es fácil, pero asegura las risas.
Ya sabes lo que dicen: año nuevo, vida nueva. Eso aplica para todo, desde los exámenes (estaría bien que empezaras a prepararlos unas semanas antes del test, no la noche previa) hasta el gimnasio (la suscripción te la van a cobrar igual, mejor trata de ir algún día de este 2021), pasando por el sexo: campos en los que, seamos sinceras, innovar no viene tan mal.
En estos tiempos de vibradores y Satisfyers, sobra decir que muchos nos hemos acostumbrado a introducir estas herramientas en nuestra vida sexual. Y, aunque en muchas ocasiones se venden como objetos para disfrutar a solas, lo cierto es que tanto estos como otros juguetes sexuales se pueden integrar en los encuentros sin ningún tipo de problema. Tanto en el sexo más rutinario de pareja como en los encuentros esporádicos, estas herramientas pueden dar pie a caminos que antes no habías transitado con otra persona.
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¿Qué no hay dinero para comprar en sex shops? Sin problema. Aquí es donde entran en juego las fórmulas low-cost de Internet, que suelen incluir objetos y fluidos muy poco recomendados por ginecólogos y urólogos, pero que en un momento de calentón parecen una boya flotando en mitad del océano. Pero no todo es peligroso en esa lista de ideas francamente conflictivas; también hay alternativas homemade que recuerdan a los juguetes eróticos sin poner en riesgo tu integridad física. Una de ellas es el humming, una técnica sexual con la que probablemente acabe riéndose hasta el portero del edificio de al lado, pero que merece la pena probar.

¿Qué es el humming?
Detrás de este anglicismo que recuerda al famoso plato de pasta de garbanzos se esconde una propuesta bastante arriesgada: que te conviertas en un vibrador. La palabra se traduce como ‘zumbido’, y hace referencia a una técnica que se puede integrar en el sexo oral, independientemente de los genitales que estés manipulando.
La idea es que, con tu boca, consigas reproducir el efecto de una vibración. ¿Cómo? Pues, como todo, con práctica y un poco de paciencia por parte de todos los implicados. Mientras juegas con tu lengua (moviéndola rápido y en movimientos cortos) y succionas los genitales, la teoría dice que debes lanzar un sonido gutural con la garganta, que retumbe en las paredes de tu boca. Algo así como un ‘ommmmmm’.
No es fácil, lo sabemos, pero hay quien ya lo tiene muy integrado en su libreto de prácticas sexuales. Como mínimo, las primeras veces dará para un cosquilleo y que os riais un rato. No hay mucho que perder.

Otros trucos para el sexo oral
Que el sexo oral debería empezar a tratarse, en muchas relaciones, como plato principal y no como secundario, es un debate más que superado. Ahora, como todo lo que pasa en la cama, es cuestión de gustos, por lo que la comunicación juega un papel fundamental en este ámbito. Y no hablamos solo de charla y palabras: las miradas y los gestos son fundamentales para aumentar la excitación. Varias encuestas apuntan a que la clave para un sexo satisfactorio va en esta dirección, pero no es la única:
- Haz que la otra persona desee el momento: juega, desvíate y aumenta la tensión hasta que ya no podáis más. Después, empieza poco a poco, para acelerar más tarde; coordina la boca con las manos y ten a la vista las zonas erógenas, para aumentar la excitación.
- Busca una posición y un espacio cómodos. Quizás tardéis en alcanzar lo que busquéis, así que no dudes en dedicarle tiempo a buscar la mejor forma de estar mientras tanto. Además, conviene mantener el área limpia: una ducha, si es posible, no va a matar a nadie.
- Avisa antes de llegar. No todo el mundo avisa cuando está a punto de correrse, lo que puede ser un problema para su pareja. Lo mejor es decir algo cuando está a punto de ocurrir, para que el otro pueda tomar la decisión que más le divierta sabiendo lo que va a pasar.
El resto, todo es relajarse y olvidarse, en la medida de lo posible, de la presión y los tópicos. Estás ahí para pasártelo bien, no para cargarte con más pensamientos negativos de los que traías cuando saliste de casa. Desde LELO, por ejemplo, aconsejan “relajarse, dejarse llevar y disfrutar del momento, tanto en el sexo oral como en cualquier otra práctica”. Tomamos nota.
