La fertilidad masculina está en horas bajas. ¿Se puede mejorar la calidad del semen o es un mito?


Si quieres conocer la calidad de tus espermatozoides, consulta con tu médico cómo puedes hacerte un espermiograma
Para que un semen sea considerado de calidad tiene que tener un volumen de entre 1,5 y 5 mililitros, y al menos 20 millones de espermatozoides (por mililitro)
La sexualidad está llena de mitos, bulos y supercherías. Uno de ellos suele tocar el tema de la calidad seminal y el número de espermatozoides. Un asunto que afecta a muchos hombres, que quieren mejorar la calidad de sus espermatozoides y no saben si esto es posible.
Los datos de la OMS no ayudan a animar a las tropas, precisamente. Pese a que en 2021 se prevé un aumento de tendencias sexuales como la masturbación, la fertilidad masculina está en horas bajas desde hace tiempo; la natalidad ha caído en picado. Pero, ¿es cierto el mito de que eyacular poco es el caldo de cultivo perfecto para tener un semen pata negra? ¿Se puede mejorar la calidad y cantidad de nuestro esperma de alguna manera?
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Los datos
Dicen que, desde hace un tiempo, la calidad del semen de los hombres de este nuestro mundo cruel está cayendo en picado. Datos de diferentes estudios científicos apuntan en esta dirección, en concreto los de la revista Human Reproduction Update, que, en un artículo de 2017, afirma que la calidad de la semilla de los hombres occidentales ha bajado mucho en los últimos cuarenta años. Hemos pasado de tener casi cien millones de espermatozoides por mililitro de semen a solo cuarenta y seis. Rebajas mal.

Si quisiéramos saber en qué estado está nuestro semen, a ver si es que toca llevarlo al taller de reparaciones, tendríamos que hacernos un espermiograma, la prueba de fertilidad necesaria para confirmar que los valores (densidad y movilidad) están en los niveles adecuados.
La OMS dice que la cantidad mínima de espermatozoides por mililitro de semen debe ser de quince millones. Para que nuestro semen se considerara ‘apto’ (para la fecundación, se entiende) entra en juego otro de los conceptos importantes: la movilidad. Más del 32% de nuestros espermatozoides deberían tener capacidad de movimiento suficiente.

Algunos consejos para mejorar la calidad del semen
Uno de los primeros bulos que deberíamos desmentir es aquel que dice que la abstinencia sexual y la falta de eyaculación mejoran la calidad de nuestro caldo divino, por usar una metáfora culinaria. Es absolutamente falso. De hecho, una de las primeras advertencias de cualquier médico especializado irá en esa línea. A más te corras, querido amigo, más fuertes serán tus soldaditos. Si eyaculas con frecuencia, será el ADN de tu semilla el que estará en buenas condiciones. Es cierto que la cantidad de semen bajará a medida que te masturbes más, pero lo hará la calidad, la densidad y el número de espermatozoides.

El argumento de la dieta saludable no es ningún consejo viejuno sin base real. Ése es otro de los caballos de batalla para aquellos que quieren que su semilla esté en buenas condiciones. La buena dieta también influye en la calidad de nuestro esperma, y también en el sabor. No hace falta que te pases la vida comiendo espárragos trigueros y atufes a tu compañere de cama, pero debes tener en cuenta que una buena alimentación también va a proporcionarle ese boost de calidad a tu semilla. No hay que olvidarse de meter en la dieta alimentos o suplementos naturales que contengan calcio, selenio, zinc coenzima Q10 o vitamina C.

Curiosamente, otro falso mito podría salir de aquí. Diversos estudios han confirmado que la cafeína tiene en los espermatozoides un efecto parecido al que nos provoca en el día a día. Sí, efectivamente, los despierta, los hace correr como locos a una velocidad mayor. Otros estudios se pronuncian en sentido contrario y, si les dejaran, te arrancarían la taza de café mañanera de tus fríos dedos.
Y ahora, el regalito envenenado, las cosas que hacen que nuestro semen tenga la calidad de un charco de petróleo. Varios son los factores que pueden meterle un navajazo a la calidad.
El primero, el tabaco. Ya se ha demostrado que afecta a la motilidad de tus espermatozoides. El piti de mediodía en cantidades interminables altera el volumen, el recuento de espermatozoides y su movilidad. Además, fragmenta el ADN. Fiesta.

A este combo malvado le sigue el un exceso de peso, el estrés o el abuso de drogas (el cannabis no es tu amigo, compañero) y, sobre todo, de alcohol. Podemos añadir también factores externos, como una fuente de calor excesiva (hay que tener cuidado con mantener los testículos a una temperatura adecuada), la contaminación ambiental, que se come nuestra vida y nuestras ciudades, las bebidas azucaradas y los alimentos procesados.
Para los ciclados del gimnasio, los amantes de la pesa y el levantamiento de hierro, una mala noticia. Pegarse la vida padre con ciertos fármacos (anabolizantes, tratamientos para aumentar la testosterona) podrían tener un efecto muy negativo en la calidad del semen. En algunos casos, se da oligozoospermia y azoospermia. En ese sentido, ciertos psicofármacos también pueden marcar la diferencia entre tener una semilla premium y andar de rebajas en asuntos de fertilidad.