'Edging' o cómo prolongar la excitación para aumentar el placer: así puedes llevar el orgasmo a otra dimensión


Un nuevo concepto de “marcha atrás” que nada tiene que ver con lo que ha significado hasta ahora
Te ayudará a reforzar tu fortaleza mental y a tomar mayor control sobre tus sensaciones de placer
Una práctica para todos los públicos que podrás realizar en solitario o acompañado
Si tener un orgasmo es una de las sensaciones más placenteras en tu vida y deseas llevarla a su punto máximo para sentir uno diferente en cada nueva ocasión, necesitas descubrir el “edging”, la manera de llevar el orgasmo a otro nivel en tu vida sexual.
Probablemente ya lo hayas practicado sin saberlo, pero ponerle nombre a esta práctica te ayudará en los momentos en que desees realizarla acompañado. Se trata de un nuevo término en el mundo de la sexología y podría traducirse al español por algo así como el “borde” o esa “línea límite” antes de estallar de placer.
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Precisamente de eso se trata, de tener el control de tus orgasmos precisamente en esa línea límite previa al clímax. Básicamente sería prolongar el placer en el tiempo y evitar llegar al punto final justo cuando tienes la sensación de estar a punto de eyacular.
Pueden realizarlo tanto hombres como mujeres, en solitario o acompañado. Si quieres comenzar a probar tu cuerpo con esta práctica, lo mejor es que practiques en solitario porque conocer tus sensaciones al cien por cien es clave para llevarla a cabo. Del mismo modo, la comunicación entre tú y tu pareja es fundamental para poder practicarlo.

¿Cómo se pone en práctica?
No hay unos pasos a seguir concretos y estrictos para llevar a cabo el 'edging', pero algunos trucos como estimular las zonas erógenas con calma y desviar la atención alternando unas y otras puede ayudarte. No te preocupes si, mientras juegas a retrasar tu llegada al clímax, pierdes la erección: con seguridad la recuperarás y con más potencia.
Para que lo entiendas mejor, se trata de darte cuenta de que estás llegando al clímax y, justo en ese momento, dar un paso atrás. Hacer el ejercicio mental o físico que mejor vaya contigo para disminuir esa sensación sin perder la conexión del momento. Por ejemplo: si estás usando un juguete sexual con diferentes niveles de potencia, bájale un par de puntos… ¡y alucina!

De este modo, conseguirás prolongar ese alto nivel de excitación sexual sin perderlo, lo que te ayudará a llegar al clímax con más fuerza. Así disfrutarás mucho más del momento final y podrá resultarte incluso apoteósico.
Fuerza mental, control sobre tus instintos… ¡digno de una sesión de crossfit!
Sin duda se trata de un ejercicio psicológico para poner a prueba tu fuerza de voluntad ante aquello de no caer en la tentación del placer. Seguramente tu instinto te lleve a querer culminar en ese clímax cuando empieces a sentirlo, pero ahí debes concentrar tu atención y, a base de práctica, lograrás decir “stop!” y dar ese pasito atrás que te permita coger carrerilla para lanzarte poco después al verdadero momento de placer máximo.

Teniendo claro lo que deseas conseguir con esta práctica, el tiempo que emplees en ello depende de cada uno. Realmente esta práctica trata de prolongar más el tiempo de placer, pero ese tiempo puede levarte 10 minutos o casi una hora, depende de cada persona y de cada momento.