El deseo sexual hay que trabajarlo: una sexóloga explica las claves para que suba como la espuma


El deseo sexual rara vez surge por combustión espontánea: la mayor parte del tiempo, hay que trabajarlo. Lo dice la sexóloga Arola Poch, quien también da las claves para aumentar la libido.
El deseo sexual puede parecer un genio con voluntad propia: aparece cuando menos te lo esperas, se va en el momento en el que más lo necesitas, te deja tirado en una cuneta justo cuando tu pareja más lo necesita… y, en realidad, no es tan autónomo como tendemos a asegurar.
La libido o el deseo sexual, es decir, “el impulso que nos mueve a tener sexo con otras personas”, es una cosa bastante tangible, pero difícil de entender. Lo explica en Radio Nacional la sexóloga Arola Poch, una profesional de la psicología sexual que incide en la importancia de trabajar la libido cuando desaparece. “El deseo sexual no es una atracción instintiva; el cuerpo no te manda una señal de que debes tener relaciones, como sí lo hace cuando quiere comer o dormir”, explica en el programa ‘Esto me cuentan’. Sin embargo, eso no significa que no haya que estar bastante pendiente de él y reavivarlo en caso de que haga mutis por el foro.
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La libido, una cuestión multifactorial
El deseo sexual no es tan sencillo de medir, o de regular, como la tensión o los niveles de azúcar. “Es de las cosas más complejas”, asegura Poch. La sexóloga explica que en la libido intervienen, entre otras cosas, la cuestión hormonal. Aquí es fundamental la testosterona, una hormona que todos emitimos, aunque los hombres en mayor medida; “ellos segregan más de siete a nueve de la mañana, y las mujeres a partir de las nueve de la noche”, apunta la especialista. Pero, además, también intervienen factores psicológicos como la autoestima, o nuestros propias rutinas y hábitos de vida (“las drogas y el trabajo no son buenos”, mientras que “una dieta sana y el ejercicio físico” la aumentan, por ejemplo).
Para evitar males mayores, hay que distinguir entre libido, que significa deseo sexual, y lívido, adjetivo que hace referencia a algo o alguien “amoratado” o “intensamente pálido”, según la Real Academia. En el caso del primero, la sexóloga incide en que no suele aparecer por su cuenta. “Salvo que estemos en fase enamoramiento”, al principio de una relación y “con las hormonas disparadas”, hay que trabajar para que mejore.

Por eso es tan importante desterrar mitos sobre la libido, como aquel que dice que, cuanto menos haces, más ganas tienes. Eso, explica Poch, “es mentira”. “Como no estimules todo el tema erótico, se queda dormido”, cuenta. Además, la sexóloga recuerda que la libido habita en el cerebro, lo que se traduce en “la necesidad de pensar en sexo para despertar ese deseo”: “Debemos tener una mente erótica, y pensar que los estímulos llegan por cualquier parte: visual, olfativo, táctil…”.
Bajo deseo sexual en parejas
Una vez aclarados los conceptos básicos, entramos en materia: cómo podemos aumentar el deseo sexual, una duda recurrente entre muchos enamorados. “Que en una pareja haya diferentes niveles de deseo es lo más normal; lo extraño sería que estuviésemos al mismo nivel”, reconoce Poch.
La sexóloga avanza distinguiendo entre dos tipos de deseo sexual: por un lado el espontáneo, que se anticipa al placer y produce excitación simplemente con pensar en la pareja, y el receptivo, que es el que responde directamente al estímulo que le da placer. Algo así como que te inviten a una fiesta a la que no te apetece ir, pero en la que terminas presentándote. Una vez allí, respondes a todos los estímulos positivamente: la música te gusta, la gente es guay y el sitio es muy agradable, y aunque quizás no tenías ese deseo inicialmente, el contacto con ese entorno te despierta las ganas de estar ahí.

Con las parejas, de hecho, pasa algo parecido. “En el sexo podríamos hablar un poco de lo mismo”, adelanta Poch. “A lo mejor no tienes ese deseo inicial, pero al estar en contacto piel con piel con tu pareja, los abrazos y las caricias, se te despierta. En las parejas, sobre todo cuando llevan un tiempo, hay que trabajar la mente erótica y también este deseo receptivo, para dejar que el deseo fluya”.
Ese es uno de los puntos fundamentales sobre la libido. El otro, como bien dice el refranero español, es que “lo poco gusta, lo mucho cansa”. En otras palabras: hacer lo mismo todos los viernes durante meses termina convirtiendo algo divertido en una situación bastante agotadora. “En cambio, si innovamos, seguramente nos apetezca más. Si buscamos otras cosas que hacer, otras cosas, si cambiamos el guion… nos va a ayudar a aumentar ese deseo”, añade.
Por último, ¿un consejo para aumentar el deseo sexual? “Priorizar el sexo. Muchas veces, por el ritmo de vida que llevamos, el sexo queda en un segundo plano, pasa todo por delante: el trabajo, visitar a los amigos o la familia, poner la lavadora… En una relación de pareja, hay que decidir que el sexo es importante y darle el tiempo que se merece”. Palabra de profesional.
