Siete chicos y chicas cuentan por qué prefieren las relaciones abiertas

Relaciones de pareja
Cuando hablamos de relaciones y de normatividad siempre hay un argumento que rechina mucho: "es que la monogamia es lo natural adaptativamente hablando, ya que así sabes de quién es tu descendencia".
En primer lugar, los seres humanos no estamos gobernados por conductas biológicas pese a su influencia. Tenemos capacidad para decidir y para transformar aquello que nuestros ancestros sapiens nos dejaron en herencia. No es adaptativo conducir a más de 120 kilómetros por hora, beber cubatas hasta olvidar la noche del viernes o perder 3 horas de nuestro día a día dando likes a fotos de Instagram o discutiendo con desconocidos en Twitter. Aun así, lo hacemos.
En segundo lugar, numerosas especies animales se adentran en el mundo de la poligamia, como por ejemplo las hormigas, que tienen a su disposición un grupo de machos para procrear, o los delfines, que se aparean varias veces al día con diferentes parejas.

¿Y los humanos?
En humanos no es fácil determinar lo que es biológicamente programado (o influenciado, mejor dicho) de lo que es aprendido. Además, el argumento biológico-evolutivo puede conducirnos a sesgos, utilizándolo según nos conviene para justificar nuestros prejuicios y dejando en el tintero múltiples matices.
Tanto la monogamia como otras opciones tienen sus ventajas y sus desventajas. Por ejemplo, la monogamia aporta estabilidad y predictibilidad. En cambio, una persona polígama tiene a su disposición a más fuentes de apoyo y de satisfacción tanto de sus necesidades sexuales como socioemocionales.

Como veis, cualquier opción es válida siempre y cuando todas las partes implicadas estén plenamente de acuerdo. Ojo, cuando digo "de acuerdo" me refiero a que no haya ningún proceso de coacción de por medio y que todas las partes hayan aceptado esa relación por plena convicción y no para satisfacer al otro.
Para entender mejor las diferentes formas de ver el sexo y las relaciones de pareja, hemos hablado con varios lectores de Yasss.
Las relaciones abiertas
Aunque esta definición no es universal y depende de las reglas de cada 'casa', por norma general una relación abierta implica a dos o más personas que mantienen una relación romántica, pero que permiten las relaciones sexuales fuera del núcleo siempre y cuando no haya vínculos amorosos de por medio.
Celia, 23 años
"Nosotras abrimos la relación cuando ella se fue de Erasmus. Yo no podía viajar a verla por dinero y ambas somos sexualmente muy activas. Acordamos que podríamos ver a otras chicas durante ese tiempo, pero solo sería sexo. A veces nos contábamos cosas por encima y otras veces no dependiendo de la situación. Cuando volvió de Erasmus no vimos la necesidad de seguir con ese tipo de relación y cerramos la pareja otra vez".
Asier, 20 años
"Mi novio y yo tenemos una norma: haz lo que te salga, pero no me lo cuentes. Tenemos libertad para acostarnos con cualquier otra persona, pero no podemos contarnos detalles ni nada para evitar rayadas. A veces ha pasado que alguien nos ha contado cosas rollo "pues vi a tu novio comerle la boca a uno en una discoteca" y es como "ya, me parece genial". Nos va bien así".
Gabriela, 21 años
"He empezado una relación con un chico pero ambos queremos abrirla, así que hemos decidido ir probando y definiendo las normas a medida que surjan situaciones. Poco a poco decidiremos si queremos saberlo todo, si está permitido ligar con amigos, si Tinder sí o Tinder no… Esas cosas".
Anónima, 23 años
"Abrimos la relación cuando mi pareja empezó a tener dudas sobre su sexualidad. A mí me parece muy sano explorar nuestros gustos así que le dije que podía acostarse con hombres para salir de dudas, siempre teniendo claro que es solo sexo. Lo hablamos durante un tiempo y decidimos que en su primera vez con un chico estuviese yo presente, a los dos nos daba morbo. Tras buscar por Tinder (explicando nuestra situación, no era plan de engañar a nadie) encontramos a un chico al que le excitaba la idea. Quedamos y a mi novio le gustó, pero sin más. Simplemente se quitó esa espinita de encima. La relación se vio muy reforzada".

Las relaciones poliamorosas
Aunque el poliamor tiene diferentes matices para cada persona, suele implicar que los miembros de la pareja puedan mantener relaciones tanto sexuales como románticas fuera del núcleo.
Helena, 24 años
"Yo vivo con mi novio, que es la relación principal por así decirlo, y luego cada uno tenemos otras relaciones aparte. No es que tenga ocho mil novios ni nada de eso, depende mucho de la temporada. Además es muy difícil conectar emocionalmente con otra persona".
Hugo, 21 años
"La gente flipa mucho cuando mi chica y yo contamos nuestra situación. Ella es poliamorosa y yo monógamo. ¿Y cómo funciona eso? Pues con mucha comunicación y respeto. He tenido que deconstruir mis celos y muchas inseguridades, pero ahora mismo me parece genial que ella tenga otras relaciones fuera de la nuestra si eso le da felicidad. Yo no lo necesito, pero no me cierro a que en un futuro me pueda apetecer. La clave es hablarlo todo".
Quique, 25 años
"Ahora mismo tengo dos parejas: mi novia y mi novio. Entre ellos también son pareja. Los tres somos pansexuales, así que vivimos el amor de una forma bastante abierta y sana. En nuestro caso no hay una relación principal, aunque mi novia y yo llevemos más tiempo juntos. Todas están al mismo nivel".
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