Duelo, rupturas y dependencia: ¿Tan mala idea es volver a tener sexo con un ex?


El sexo con exparejas siempre es un tema delicado, aunque podría no ser tan mala idea como aseguran tus amigos
El sexo con los ex es el material del que están hechas las canciones. Hay tantas rupturas dolorosas, traumáticas y cargadas de ira (al menos para una de las partes) que escribir un temita sobre ello es sinónimo de éxito asegurado. No augura tanto confeti, desde luego, ese polvo “por los viejos tiempos”, que se mueve en el filo entre el éxito y la desgracia más absoluta con una facilidad pasmosa.
Lo contaba nuestra psicóloga de cabecera Marina Pinilla: cuando pasas mucho tiempo con una persona es inevitable que acabéis por compenetraros sexualmente. El otro conoce tus ritmos y gustos tanto como tú los suyos. Eso siempre resulta muy atractivo: por eso es tan habitual que algunas personas mantengan relaciones sexuales esporádicas con su expareja.
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“Estamos ante un arma de doble filo. El sexo puede dar pie a sentimientos que ambos creíais muertos y que tal vez no sean recíprocos. Ante esta situación mi recomendación es poner tierra de por medio”, añade Pinilla. “Sin embargo, si los dos conocéis los riesgos y tenéis muy claro lo que queréis y lo que sentís, ¿por qué no seguir manteniendo relaciones sexuales?”
Was post breakup casual sex a ✨healthy✨ decision? I guess we will have to wait and see.
— That Neon Bitch (@Lynnduuuuuh) 27 de enero de 2021
Sexo con ex, sí o no
En lo que respecta a acostarse con un ex, hay a quien le viene de perlas y quien termina sufriendo de más por hacerlo. En cualquier caso, es decisión de los involucrados y de nadie más. Decimos esto porque es fácil que, si ‘recaes’ en el sexo con tu expareja, seguro que te encuentras con muchas opiniones que no has pedido: desde tu amiga la que te dice que olé, que disfrutes, hasta tu colega, el que no ha superado al novio que tuvo en el insti y te recuerda cada cinco minutos que “te arrepentirás” de esto.
Aquí hay dos cosas claras: por un lado, que, independientemente de los términos en los que acabase vuestra relación, puedes echar de menos el sexo con una persona que te conocía bien sin que debas sentirte culpable por ello, y por otro, que cada cual tiene su manera de afrontar las rupturas. Hay quien prefiere arrancarse la tirita de golpe, llorar mogollón y cortar por lo sano, y quien prefiere ir poco a poco, a ver si así consigue dosificar el dolor. Pero lo cierto es que, según un estudio publicado en Archives of Sexual Behaviour, el sexo con un ex no tiene por qué tener contraindicaciones a la hora de superar la ruptura, al menos en el corto plazo.
El documento, publicado en 2018 por Stephanie S. Spielman, Samantha Joel y Emily A. Impett, muestra las conclusiones de un estudio que analizó a más de cien participantes que acababan de terminar una relación. Las autoras les hicieron llevar un diario durante el primer mes y realizar un seguimiento de sus emociones durante varios meses más. Lo primero que observaron las expertas fue que quienes querían acostarse con sus exparejas solían lograrlo y que, en contra de lo que aseguraban artículos previos, no tenían sentimientos de angustia o pensamientos intrusivos. De hecho, solían valorar positivamente esa relación sexual.
“Los cambios en el día a día de los dos meses posteriores revelaron que el sexo con un ex no predice el tiempo que uno tarda en recuperarse de una ruptura”, explica el documento, y añade: “Quizás aquellos que optan por mantener relaciones sexuales con una expareja están menos motivados para cerrar la relación y, por tanto, no sienten que esa conexión sea conflictiva”. Para muchos, tener relaciones con sus ex no les impedía seguir adelante con sus vidas. Ahora bien, eso no aplica a todas las relaciones y, además, se centra solo en el corto plazo, ese momento en el que todavía vas hasta arriba de euforia y hormonas. Sin ánimo de negar sus testimonios, la pregunta parece clara: ¿Seguirían sintiéndose igual de bien los participantes cinco meses después de acostarse con sus antiguas parejas?

Una forma más de consuelo
Por norma general, para que el final de una relación sea sano debe haber un proceso de luto, explican los psicólogos. Estas separaciones deben ir acompañadas de un duelo, y si estas relaciones sexuales se prolongan en el tiempo pueden evitar que este se de correctamente, impidiendo que al menos uno de los miembros de la pareja avance.
Con el sexo, “se mantiene el vínculo con la pareja y, por tanto, no se le echa tanto de menos, disminuyendo la sensación de ansiedad que genera una ruptura”, contaba la sexóloga Ana Lombardía a El País. Esto puede ser todavía más complicado si las relaciones son particularmente cómodas o satisfactorias, ya que terminan enganchando y evitando que la pareja rompa del todo el vínculo.
El bienestar es pasajero, pero tiene consecuencias en el medio plazo. A fin de cuentas, el placer es una ilusión que puede calmar el malestar provocado por la ruptura, pero también entorpecer el proceso de cierre y de duelo, impidiendo que cada uno continúe con su vida por separado. Pero esto no es rotundo: todo depende de la pareja, la madurez de los involucrados y la manera de vivirlo de cada uno. No hay una respuesta buena, más allá de pensártelo tres veces antes de volver a acostarte sistemáticamente con tu ex.
