Trastornos ovulatorios, ¿sabrías identificarlos?


Los trastornos ovulatorios se producen cuando existen anomalías en el ciclo. El problema no es que no sangres o sangres mucho, sino los motivos que llevan a esas alteraciones en el ciclo.
Los trastornos ováricos son la causa del 21% de los casos de esterilidad femenina, según la Sociedad Española de Fertilidad. En Yasss te contamos cómo identificarlos y cuáles son los tratamientos más habituales.
Clase rapidita de anatomía: hoy, úteros y trompas de Falopio. ¿Has dibujado ya el aparato reproductivo femenino? Estupendo, hablemos entonces de ovulación. Este término hace referencia al proceso por el cual el ovario libera un óvulo, habitualmente cada ciclo menstrual, entre 12 y 16 días antes del inicio del siguiente periodo. Si el óvulo es fecundado por un espermatozoide, se puede producir un embarazo.
Hasta ahí, todo bien, ¿no? Entonces, entremos en materia: qué ocurre cuando la ovulación no es correcta, cuando algo falla a lo largo del proceso. Los trastornos ováricos pueden ser de muchos tipos, pero tienen en común ser la causa de uno de cada cinco casos de esterilidad femenina, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). En Yasss te contamos en qué consisten y cómo identificarlos.
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¿Cuáles son los síntomas?
El diagnóstico de una disfunción ovárica debe hacerlo un médico, por lo que si crees que estás sufriendo este trastorno, lo mejor es que pidas cita en el ginecólogo para que puedan hacer las pruebas correspondientes. Sin embargo, hay ciertas irregularidades que pueden evidenciar esas irregularidades, tales como:
- Ciclos de ovulación muy cortos y menstruaciones muy recurrentes (al menos, cada 21 días).
- Ciclos muy largos y menstruaciones extendidas en el tiempo (cada 35 días o más).
- Ausencia del periodo menstrual durante más de tres meses.
- Hemorragias muy abundantes y menstruaciones muy largas.
- Hemorragias muy ligeras y menstruaciones cortas.

¿De dónde vienen los trastornos ovulatorios?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica en tres grandes grupos las causas de esta disfunción. La primera es un fallo hipotalámico-hipofisario: suponen aproximadamente el 10% de estos trastornos e incluye síntomas como la falta de menstruación durante al menos 90 días; este retraso lo causa el estrés, el ejercicio físico extenuante o el aumento de peso.
El segundo caso, la disfunción hipotálamo-hipofisaria, es el trastorno más frecuente y supone alrededor del 85% de las alteraciones ovulatorias, explican desde Consumer. En la mayoría de los casos, se produce por el síndrome de ovario poliquístico, una de las causas más comunes del trastorno ovárico. Por último, también se puede dar una insuficiencia ovárica, debido a un fallo en dicha zona.

El Doctor Robert Rebar, de la Universidad del Oeste de Michigan, añade que “la reproducción está controlada por un sistema que incluye el hipotálamo, la hipófisis, los ovarios y otras glándulas como las suprarrenales y la tiroidea”. Por tanto, simplifica, los trastornos de la ovulación se dan cuando una de estas partes no funciona bien. Algunos de los más habituales son:
- Es posible que el hipotálamo no secrete hormonas para estimular la ovulación, o que la hipófisis no produzca la cantidad suficiente de hormonas luteinizante o foliculoestimulante.
- La hipófisis también puede producir demasiada prolactina, una hormona que, entre otras cosas, se encarga de la producción de leche. Los niveles elevados de prolactina pueden disminuir los de las hormonas encargadas de estimular la ovulación.
- Puede ser que los ovarios no produzcan la cantidad suficiente de estrógenos, o quizás haya una disfunción de otras glándulas.
¿Cómo se trata este síndrome?
En cualquier caso, muchos de estos problemas se pueden tratar y corregir; si sospechas que puedes sufrirlos, pide cita con tu especialista para detectarlo a tiempo. El médico puede someterte a distintas pruebas en consulta, pedirte que lleves un registro de parámetros como la temperatura o recomendar análisis o ecografías, que después analizará. Tan solo así podrás descubrir si tienes algo y evitar complicaciones que podrían dañar tu salud en el futuro.

Dependiendo de la causa del problema, así se dará un tratamiento u otro. Si se trata de un fallo hipotalámico-hipofisario, no suele haber problemas para corregirlo: basta con proponer tratamientos que varíen las condiciones que provocan estos desarreglos. Es decir, si el problema está en un trastorno alimentario que conlleva un pérdida o un aumento excesivo de peso, se ponen en práctica normas, pautas y tratamientos que ayuden a restablecer el mejor peso para la paciente; si el problema está en un ejercicio excesivo, se te pedirá que reduzcas los niveles de actividad, etc.
En el caso de que se produzca por una disfunción en el hipotálamo o la hipofisaria, se requiere un tratamiento médico especializado destinado a regular el ciclo y controlar los síntomas derivados. Y si el trastorno ovárico se produce por una insuficiencia, se pueden probar varios tratamientos para mejorar el diagnóstico. Lo más importante es identificarle y poder ponerle solución.
