Ligar a golpe de 'like': la excesiva intensidad y otros errores muy habituales al tontear por Instagram

Ligar en Instagram es más cómodo que hacerlo en otras apps, pero es muy fácil caer en errores que nos hacen parecer poco deseables.
Ligar online es como todo: hay alguna manera de hacer las cosas bien, y alguna otra que puede hacerte quedar como un psicópata de campeonato. En el caso de hacerlo por una red social no destinada a ello, como Twitter o Instagram (basta ya de hacerlo por LinkedIn, por favor), se convierte en una actividad de riesgo que puede llevarte a tres sitios: al éxito, al olvido o al unfollow. Si te pasas, quizás desbloquees el nivel pro, el bloqueo de por vida.

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¿Qué beneficios tiene ligar por Instagram? Primero, es una red social a la que estamos más habituados, por lo que nos sentiremos más cómodos que con Tinder, Grindr o Bumble. Conocemos mejor los códigos y las ‘normas’, así que es mucho más fácil entrar a alguien a golpe de like que a de match. Ahora bien, precisamente por la tranquilidad que nos produce Tinder, es fácil que nos confiemos y cometamos cagadas que tendríamos mucho más controladas en otras plataformas.
Es cierto que en Instagram regulas mucho mejor lo que dices, haces o compartes con la otra persona, y por eso es mucho más fácil interactuar. Pero eso no significa que no la estemos liando. En Yasss te hablamos de tres errores muy recurrentes y típicos a la hora de ligar por Instagram, que te acercan más al unfollow que a la cita. Aunque, por norma general, todo se reduce a que ligar “va de relaciones entre iguales, no de retos a batir ni clichés del amor romántico”, como explica Penny JayG. Vaya, que vayas quitándote la idea de ir de chulo o de sobrada: la manipulación no es nada sexy.

La AK-47 de los likes
Una cosa es que te pases los días paseando por el Instagram de tu crush y otra que lo explicites y te pongas a dar like hasta que llegues a las fotos que subió en 2014. Vaya, que lanzarle 100 notificaciones de golpe puede enviar un mensaje distinto a que estás interesado en esa persona, a saber: estás de la olla y tienes una hora entera para pasarla en su perfil. Un par de likes pueden estar bien, pero muchos más pueden ser aterradores.
Puedes aprovechar y poner un mensaje en una de sus últimas fotos. Aunque son públicos y podrá verlo cualquiera de sus seguidores, te dará una excusa para abrirle mensaje privado y poder charlar de lo que te de la gana. Aprovecha el tiempo que te da Instagram para pensar un comentario o una foto que pueda resultar a la otra persona interesante. Vaya, que sepa que existes, pero tampoco le arranques todas las energías de golpe. El término medio, la virtud y eso.

No te estanques en los selfies
Mantén tu perfil actualizado con fotos e historias, refuerza tu presencia en internet. Si lo que quieres es ser superdeseable, evita fotos ridículas, pero si prefieres proyectarte como alguien más divertido, puedes tirar de esas fotos. Al final, todo depende de la idea que quieras dar de ti mismo y de los intereses que quieras compartir.
Quizás la persona a la que quieres entrar tiene intereses similares a los tuyos. ¿La fotografía? ¿La música? ¿La literatura o el cine? Son puntos en común que podéis aprovechar para charlar. Aprovecha también los stories para esto: sé original y comparte los aspectos de tu vida que puedan hacer tu perfil más interesante. Tampoco hay que inventarse cosas, solo estar ahí.

Espera la respuesta
Para ligar se necesitan al menos dos personas, así que espera a que la otra persona se involucre antes de volverte loco con los ‘ok’, ‘ya veo que no te intereso’ o ‘no estás tan buena’. No sabes qué está pasando al otro lado de la pantalla: igual la otra persona no te responde al momento porque no tiene un buen día, está muy ocupada o prefiere dedicarte un rato más largo del que tiene en ese momento. O quizás no quiera responderte, lo que es igual de respetable. Si ese es el caso, no tiene sentido dedicar más tiempo o esfuerzo; seguir hablando puede generar una mala sensación en ambos.
Por lo demás, ya sabes: liga siempre desde el respeto y sin fingir ser otra persona. Aunque las redes sociales nos invitan muchas veces hacer eso, es agotador y puede acabar con nuestra autoestima y salud mental. Lo demás, todo es probar e intentarlo.
