Chantaje en la red: la importancia de actuar si se es víctima de una ‘sextorsion’


La sextorsión es un delito común en la red. Los expertos recomiendan no efectuar el pago y denunciar.
En Internet comienzan, se mantienen y acaban muchas relaciones. Le pese a quien le pese, ocurría antes de la pandemia y seguirá pasando mucho después, como el agua con gas, la pizza con piña o los pantalones de campana. Lo que sí ha dejado la cuarentena ha sido un reguero de neologismos relacionados con el sexo y el amor online: desde el mítico ‘ghosting’ (desaparecer de Internet del día a la mañana), hasta el ‘zumping’ (dejar a alguien por Zoom), pasando por el ya conocido ‘sexting’ (enviar y recibir mensajitos y contenido audiovisual subido de tono), entre otros muchos. Todos ellos, y especialmente el último, existían antes del COVID, pero su popularidad ha aumentado con el virus: gente de todas las edades se ha visto abocada a mandar fotos sexualmente explícitas, con los beneficios y riesgos que ello conlleva.
Porque el sexting es de gran utilidad, pero teniendo en cuenta la educación que nos han dado, también tiene ciertos riesgos. Pongámonos en la peor situación posible: le mandas a alguien una imagen o video desnuda, y esa u otra persona te chantajea o lo comparte en Internet sin tu permiso. Este delito, conocido como ‘sextorsión’, es más habitual de lo que parece, aunque según los expertos, muchos casos se quedan bajo el radar. En Yasss te ayudamos a identificarlo y te contamos qué puedes hacer.
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No ceder a la presión
Alguien, conocido o no, se pone en contacto contigo y te asegura que cuenta con fotos íntimas tuyas, grabadas por Webcam o sustraídas de alguno de tus dispositivos. A continuación, te manda pruebas y te pide una cantidad de dinero a cambio de no publicarlo en tus redes sociales o mandárselo a tus familiares y amigos.
Así empiezan casi todos los casos de sextorsión. ¿Qué hacer entonces? La Policía Nacional, que el año pasado ya estimaba que el 70% de los casos de sextorsión no se denunciaban, recomienda a las potenciales víctimas que no cedan al chantaje. En su lugar, piden que no se conteste ni se pague y que se acuda a la comisaría más cercana cuanto antes, para poner una denuncia. Después, recomiendan tomar la delantera a los chantajistas y comentar con tu círculo más cercano que estás siendo víctima de extorsión, y que en cualquier momento pueden aparecer esas imágenes.

Eso incluye lanzar un mensaje en las redes sociales en las que te han amenazado con difundirlo. Un paso muy duro, pero que, añaden, invalida su chantaje. Avisar a la gente es una forma de disuasión: si lo cuentas tú, saben que no van a cobrar un solo euro.
¿Qué hacer si es alguien conocido?
En algunos casos, la imagen o el vídeo comienza a circular por entornos privados, como mensajes reenviados de Whatsapp. Cuando esto ocurre, habitualmente se culpa a la víctima, recordando que “no debía haber enviado las fotos”, un poco como ocurre con las mujeres a las que asaltan por la calle “porque andaban solas de noche”. Desde luego, el culpable siempre es quien comete el delito, y así lo reconoce la ley.
Si es tu caso, y es una persona conocida la que está haciendo circular tu foto íntima, lo primero es acudir a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Esta entidad cuenta con un portal prioritario para bloquear rápidamente la difusión de este contenido, que circula sin el consentimiento de los afectados. Una vez hecho esto, puede valorar la apertura de un procedimiento sancionador contra los responsables, aunque esta vía es más lenta.

En lo que respecta a la denuncia, se puede iniciar por vía policial o penal. Cada una tiene sus requisitos y velocidades, pero en ambas se castiga lo mismo, la difusión. La idea es muy clara: tú mandas o permites que se haga una foto, pero no autorizas a que se difunda.
Si necesitas ayuda, recuerda que el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) cuenta con una Oficina de Seguridad del Internauta con un teléfono de ayuda gratuito, en el que te asesorarán personalmente sobre cómo actuar.