A Coruña amaneció bañada de sangre el 3 de julio de 2021. Aquella infausta madrugada, mientras la ciudad dormía, un grupo de jóvenes insultaba y pegaba hasta la muerte a Samuel Ruiz, un chaval de sólo 24 años. El chico había salido de fiesta aquella noche con el único propósito de divertirse con sus amigas, pero jamás regresó a su casa. La silenciosa ola homófoba que sigue azotando España le dejó sin vida en mitad de una calle, abandonado y ensangrentado. Pero parte de la sociedad no miró hacia otro lado.
Abatidos por la noticia y llenos de preocupación, miles de personas desafiaron a la pandemia y salieron a la calle para decir basta a las continuas agresiones a personas LGTBIQ+, un goteo incesante de sucesos que son silenciados pero que dejan una estadística difícil de ignorar. En los últimos cinco años se aprecia una tendencia al alza de los ataques homófobos, pero el nivel de las denuncias es muy bajo. Las estadísticas del Ministerio del Interior sobre delitos de odio por la orientación sexual o identidad de género señalan que entre 2016 y 2019 (último año del que ofrece datos) los ataques homófobos en España pasaron de 169 a 278, aunque las diferentes asociaciones LGTBIQ+ aseguran que los casos son mucho más numerosos. También creen que el poder judicial "no está sensibilizado con la realidad LGTBI".
¿Fueron castigados los asesinos de Samuel? Tres varones mayores de edad se encuentran en prisión provisional y a la espera de juicio desde el 9 de julio de 2021. Una chica y otro joven están en libertad, aunque con la obligación de presentarse en el juzgado periódicamente.
De momento, aún no hay fecha para el juicio. La Fiscalía todavía no ha formulado su acusación, que podría ser de homicidio o de asesinato, y la investigación aún está pendiente todavía de una ampliación de la autopsia y de un estudio para conocer las conversaciones posteriores de los acusados por el crimen a través de WhatsApp y redes sociales.
Sí fueron condenados a tres años y medio de internamiento los dos menores que participaron en el asesinato. Ambos reconocieron los hechos y permanecerán internados, en régimen cerrado, tres años y medio. Pero la condena de los menores, por asesinato y no por homicidio, podría marcar el rumbo de la causa abierta contra los mayores de edad que están en prisión.
El crimen tuvo lugar cuando el grupo agresor se encontraba en un local de copas y Samuel Luiz Muñiz, al que no conocían de nada, se hallaba con una amiga, hablando por videollamada con otra chica de Pontevedra. Uno de los jóvenes acusó a Samuel de estar grabándole con el móvil y le llamó "maricón". De acuerdo con lo que aparece reseñado en el atestado policial al que TVE tuvo acceso, las palabras concretas fueron: "Deja de grabar. A ver si te voy a matar, maricón".
Acto después, y según la Policía, una "jauría humana" se abalanzó sobre Samuel, que no pudo defenderse a pesar de la ayuda de dos ciudadanos senegaleses que estaban en la zona del paseo marítimo. Seis minutos de golpes en un recorrido de 150 metros que acabó con su vida unas horas más tarde, en el Complexo Hospitalario Universitario A Coruña.
Mientras el joven agonizaba en el hospital, los agresores mantuvieron una reunión en un parque público donde uno de los agresores insultó de nuevo a Samuel por su identidad sexual. "Puto maricón, si era un maricón de mierda", son las palabras que utilizaron según la declaración de una testigo recogida en el atestado.
Una de las principales batallas que quedan es confirmar que hubo un delito de odio en el asesinato de Samuel por su condición sexual. Algo que la Policía descarta puesto que víctima y agresores no se conocían. Sin embargo, testigos presentes en la pelea coinciden en que la agresión se produjo por motivos homófobos al oír los gritos de "maricón" que pronunciaron algunos de los agresores.