Día triste para Britney Spears, que se ha llevado un nuevo varapalo judicial y es que la jueza Brenda Penny ha decidido que su padre seguirá siendo su tutor legal. Pero, calma, porque todavía hay esperanza y es que esta sentencia responde a una demanda presentada en noviembre del año pasado por el abogado de la estrella del pop, Samuel Ingham III. Esto es, aún no se ha resuelto la petición de libertad por la que Britney declaró la semana anterior, un testimonio con el que estremeció a sus fans de todo el mundo por contar que no tenía ninguna libertad.
Esta información ha sido publicada en exclusiva por The Guardian, que ha tenido acceso a la resolución judicial de la corte superior de Los Ángeles: en noviembre, la jueza Brenda Penny se negó a retirar a Jamie Spears, padre de la cantante, como administrador de su fortuna, pese a que la cantante alegó que le daba "miedo" saber que él estaba al frente de su dinero. No obstante, la jueza sí que decidió nombrar a un coadministrador, la consultoría Bessemer Trust. Con la resolución que ha salido hoy se ratifica esta decisión: Jamie seguirá controlando la fortuna de su hija mayor.
Esta resolución judicial no tiene nada que ver con las declaraciones que Britney hizo la semana pasada ante la jueza, a la que le relató un testimonio desgarrador y a la que le pidió que le devolviera su libertad después de 13 años estando bajo la tutela de su padre: "No debería estar bajo tutela si puedo trabajar. Las leyes deben cambiar... No siento que pueda vivir una vida plena".
"Merezco tener una vida. He trabajado toda mi vida. Merezco tener un descanso y hacer lo que quiera", rogó la cantante, que explicó que no tiene control sobre sus cuentas ni sobre sus horarios ni siquiera sobre su propio cuerpo: "Tengo un DIU en mi cuerpo ahora mismo que no me permite tener un hijo y mis tutores no me dejan ir al médico para quitármelo".
"No soy feliz, no puedo dormir. Estoy tan enfadada. Es de locos. Y estoy deprimida. Mi padre y todos los implicados en la tutela, incluidos mis representantes... Deberían estar en la cárcel", dijo la estrella del pop en su declaración judicial. Unas palabras que impactaron a sus fans, que se lanzaron a las calles de Los Ángeles para protestar y que llenaron las redes sociales con mensajes que pedían su libertad bajo el hashtag #FreeBritney. También le han ofrecido su apoyo famosos como su amiga Christina Aguilera, su exnovio Justin Timberlake o la cantante Karol G.
Después de las declaraciones de Britney en el juzgado, el equipo legal de su padre se ha puesto en marcha para dar una respuesta: le piden a la justicia que examine si son ciertas las afirmaciones que Britney Spears hizo en su testimonio. En los documentos presentados al tribunal, los abogados de Jamie piden que se revisen las "acusaciones graves sobre trabajo forzoso, tratamiento y terapia médicos forzados, atención médica inadecuada y limitaciones a los derechos personales".
Además de Jamie Spears, hay otra figura importante en este caso: Jodi Montgomery, a la que el tribunal le dio el poder en septiembre de 2019 de supervisar las decisiones de la vida personal de la cantante. Britney declaró la semana pasada que también consideraba que Jodi se estaba excediendo en sus funciones como supervisora.
"Puedo afirmar inequívocamente que Jodi Montgomery ha sido una defensora incansable de Britney y de su bienestar", dijo Lauriann Wright, abogada de la supervisora en un comunicado que hizo público después de que las declaraciones de la cantante saltaran a los medios. El próximo miércoles 14 de julio habrá una nueva audiencia del caso, según publica The Guardian.