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China prohíbe los exámenes a niños de 6 y 7 años y limita los deberes para aliviar presión educativa

  • Los niños de 6 y 7 años no podrán hacer exámenes escritos porque tanta presión daña su salud

  • Los docentes deberán rotar de centro cada seis años para que no se concentren los mejores maestros en determinados centros

  • Los alumnos de secundaria podrán dedicarle, como mucho, una hora y media a los deberes

El debate de si es bueno o no para los niños que tengan que hacer deberes o exámenes está abierto desde hace años. Muchas veces los padres se quejan de que sus hijos se pasan las tardes (o las vacaciones) haciendo fichas de ejercicios sin parar; sin embargo, por otro lado están aquellos que prefieren que sus hijos estén entretenidos haciendo cosas de clase, porque si no se pasan el día delante del ordenador o perdiendo el tiempo.

Pues bien, el gobierno chino ha zanjado este debate con una nueva normativa con la que prohíbe los exámenes escritos para niños de seis y siete años, y limita los deberes. Esto es solo una parte de la reforma del sistema educativo chino, que ha entrado en vigor para aliviar la presión sobre alumnos y padres en sus escuelas altamente competitivas.

El motivo por el cual el ministerio ha eliminado estos exámenes a tan temprana edad es porque el hecho de que los niños sufran tanta presión "daña su salud mental y física".

Antes de esta reforma, el sistema educativo chino obligaba a los estudiantes a hacer pruebas desde el primer año de enseñanza primaria, acabando con el exigente examen de admisión a la universidad, conocido como "gaokao".

Otras novedades que introduce la reforma

La prohibición de los exámenes a niños de 6 y 7 años para aliviar la presión educativa y la limitación de los deberes no son las dos únicas novedades que introduce esta reforma. A partir de ahora, también se han limitado los exámenes en otros años de la enseñanza obligatoria a uno por período. Además, las pruebas de medio período y simulacros de prueba se permitirán solo en la enseñanza secundaria.

Por si estos cambios fueran pocos, las autoridades chinas anunciaron la semana pasada que los docentes deberán rotar de escuela cada seis años para evitar una concentración de los mejores maestros en determinados centros.

En cuanto a los deberes, el ministerio de Educación también prohibió este año las tareas escritas para niños de primero y segundo grado, y puso un tope de no más de una hora y media de deberes para alumnos de secundaria.

Las clases particulares: sin ánimo de lucro

En China, recibir clases particulares es la norma. Y es por eso que el gobierno ordenó a finales de julio que las empresas de clases particulares se volvieran entidades sin ánimo de lucro.

Además, les prohibió abrir los fines de semana y en días festivos. El objetivo de esta medida es reducir la desigualdad educativa, ya que hay muchas familias que no pueden acceder a este tipo de lecciones, ya que el precio que los alumnos pagan por estas clases suele ser muy alto.