El periódico digital El pueblo de Ceuta ha informado de una agresión sufrida por un joven ceutí hace unos días. El chico no quiere que se sepa su identidad, pero ha difundido a través de las redes sociales lo que le ha ocurrido con el objetivo de que se conozca que este tipo de agresiones de odio siguen existiendo en las calles de nuestro país.

"Vivo en Ceuta, España y vengo a contar mi historia más reciente", comenzaba su relato. Con miedo a que se supiera quién era él y eso pudiera traerle más problemas, el joven trans ha pedido que se entienda que no quiera dar datos personales sobre él. Sin embargo, ha querido contar los hechos y aportar fotografías para que se sepa que "la transfobia existe, antes, ahora y siempre, por desgracia".

Según ha contado este chico, una tarde volvía a casa cuando pasó delante de un grupo de cinco personas que podrían conocerlo del instituto y saber de su historia como chico trans. Enseguida, las cinco personas comenzaron a insultarle llamándome "maricón", "bollera", y preguntándole si era chico o chica. "Les dije que era un chico, pues es lo que soy", contestó él.

Fue entonces cuando este grupo de gente empezó a pedirle que les enseñara la entrepierna para demostrarlo. Después se abalanzaron sobre él, que trató de defenderse, pero al ser cinco personas contra uno él no pudo hacer nada. Le tiraron pipas, le apuntaron a los ojos con un puntero láser y le quitaron el monopatín que llevaba.

Siguieron insistiendo en que les enseñara la entrepierna, y ante la resistencia del chico trans le agredieron físicamente: "me levantaron y empezaron a empujarme, me patearon y las amenazas y golpes no paraban". Según contó la víctima de la agresión, uno de ellos también le puso un vídeo en el que se podía ver cómo a un hombre le cortaban la cabeza y le decían que se lo iban a hacer a él también.

A pesar de que había gente en los alrededores, nadie hizo nada para ayudar al joven, que en cuanto pudo, escapó del lugar. No quería hablar de lo que le había pasado, pero sus amigos le convencieron para dejarles contar su historia y que la gente supiera que este tipo de agresiones tránsfobas son reales.

En menos de una semana hemos conocido también a través de las redes sociales la historia de otro joven que ha sufrido una agresión por su orientación sexual. Sergio Pérez contó en su cuenta de Instagram lo que le había ocurrido: salió a dar un paseo solo porque necesitaba despejarse y dos personas le increparon llamándole marica. Cuando le contestó que sí que lo era, le pegaron y le arañaron todo el cuerpo.

"No consigo entender por qué o qué se ha hecho mal para que a día de hoy, en pleno siglo XXI, sigan ocurriendo estas cosas", reflexionaba Sergio, quien también confesó que le costó mucho contárselo a sus padres porque no tenía fuerzas.

Aunque todas las agresiones son igualmente condenables, parece que nos llegan más hondo cuando las víctimas son niños. El caso de Diego José, un niño de tan solo once años de edad, conmocionó a la sociedad española y hasta el propio Pedro Sánchez quiso ponerse en contacto con él para apoyarlo y recordarle lo valiente que había sido. Diego José recibió un puñetazo por parte de un chico de 15 años que lo dejó inconsciente, y tuvo que ser trasladado Hospital Santa Lucía de Cartagena, en Murcia, con una fractura nasal. ¿El motivo de la agresión? Su orientación sexual. En el vídeo puedes ver la respuesta del menor al Presidente del Gobierno español.