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"No tiene mucho sentido hacer ya la Selectividad": la solución propuesta por un experto en educación

  • Lucas Gortazar, experto en educación propone que en este curso no se haga la prueba de Selectividad por las dificultades para los alumnos

  • Casi 300.000 jóvenes son los que tendrán este año una cita con el examen de acceso a la universidad

  • Los estudiantes de bachillerato temen por su futuro: la evaluación de la EVAU puede hacer que no accedan a las carreras que quieren

Desde el pasado 11 de marzo los alumnos de toda España dejaron de asistir presencialmente a las clases. El avance del coronavirus obligó a tomar medidas excepcionales. Quedarse en casa no era una opción, resultaba obligatorio y desde ese momento se apostó por la formación online para seguir el ritmo del curso. Así se está haciendo y 9.552.000 estudiantes se están adaptando a esa modalidad de formación en los días de confinamiento. Hay mucha incertidumbre. La principal preocupación se traslada a la prueba de Selectividad, ¿qué va a pasar? Lucas Gortazar, experto en educación plantea una alternativa excepcional para este año.

Con mayor o menor éxito se está tratando de que el parón escolar no impida que el curso se eche a perder. Las clases se adaptan a las nuevas exigencias y también se está trabajando en nuevas formas de evaluar a los alumnos. Sin embargo, hay un grupo que presenta muchas dudas porque cuentan con una exigencia mayor que el resto. Son los alumnos del segundo curso de Bachillerato, quizás los más descontentos por el retraso de la Selectividad y porque su futuro está en juego.

Cerca de 300.000 jóvenes son los que tienen este año una cita con la EVAU (la prueba de evaluación para acceder a la universidad) y son los que viven angustiados a estas horas porque no están siguiendo el curso con normalidad y según las exigencias que requiere el enfrentarse a esta prueba final. Por lo pronto, ya han visto que el calendario se ha alterado y que la EVAU se celebrará entre el 22 de junio y el 10 de julio y que además se plantean modificaciones en el temario. Se contemplan estos cambios por si este año no se llega a tiempo a todo.

Esto supone un extra de tensión para los estudiantes. Ya no es solo que vean que el examen les va a quitar días de verano, sino que también podrían no lograr acceder a la carrera universitaria que quieran. Las circunstancias podrían obligar a que se alterase más de lo normal el modo de evaluación y es por eso que se ha alzado una voz para pedir que este año no se haga la prueba.

Alternativa para los alumnos: no hacer selectividad este curso

Frente al tratar de seguir con el curso académico como si nada, con los mismos patrones de exámenes y aún con mayor presión para los alumnos de segundo de Bachillerato, han salido algunas voces defensoras de que este año no debería haber prueba de Selectividad.

Lucas Gortazar, experto en educación y política social, lo ha manifestado desde su cuenta de Twitter alegando muchos motivos por los que este ritual colectivo de evaluación tendría que posponerse este año. A su juicio lo que marca más la diferencia de todo es que al desaparecer la escuela presencial, los recursos en casa son ahora muy desiguales. No se trata de tener más o menos ayuda en directo y salvar la papeleta. En muchos casos no hay suficientes dispositivos para el confinamiento y ahora la tecnología cuenta más que nunca.

Un problema del que ya se había hecho eco, la ministra de Educación, Isabel Celaá, al revelar la semana pasada que entre un 10% y un 12% de los alumnos, "por circunstancias de distinta naturaleza", no estaban pudiendo conectarse con el profesorado a distancia ni participar en el aprendizaje online. Una realidad a la que nos estamos enfrentando ahora y que Juan Naranjo, profesor de instituto también ha hecho partícipe a Yasss recientemente.

El hilo de Lucas Gortazar va más allá de lo que estamos viviendo que es completamente excepcional. Para este experto en educación, sería ahora un buen momento para replantearse la validez de esta prueba para acceder a la universidad. ¿Se podría prescindir de la Selectividad? "La prueba tiene muchos problemas de diseño: promueve poco aprendizaje y frena la equidad", es lo que ha escrito y en su opinión es un sistema para valorar que se queda corto en términos de "fiabilidad, validez e igualdad entre los alumnos".

Pese a esta opinión de Lucas, este método apenas ha cambiado en los últimos 30 años. Es una vía necesaria para acceder a la universidad (40%) a lo que hay que sumarle las notas de bachillerato (60%), pero que tiene de normal muchos sesgos y en estas circunstancias todavía más se agravan. Por ejemplo: en función de la provincia cambia el examen y resulta siempre más difícil acceder a esta prueba a chicos que cuentan en sus familias con rentas más bajas.

¿Qué se podría proponer de alternativa? "No hacerla este año", dice Lucas Gortazar. Aprovechando que el coronavirus ha trastocado todos los planes, este experto en educación plantea la posibilidad de que se evalúe con los datos de bachillerato (hasta marzo) para acelerar los procesos de admisión en las universidades o de dar apoyo a los alumnos que lo necesiten y que vayan a repetir curso. Olvidarse de la prueba de la EVAU. Según él, esto ahorraría muchos gastos, además de quitar estrés a los alumnos en una situación más complicada de lo normal. Y su idea no ha tardado en generar un debate de lo que es justo o no lo es en las redes.

Los hay que opinan que habría que retrasar más la fecha de Selectividad (hasta septiembre) para garantizar las clases presenciales y renunciar al verano; otros aplauden su iniciativa y un último grupo se muestra totalmente contrario. Renunciar a Selectividad es el mejor método para compensar las desigualdades. Lo cierto es que los que están llenos de dudas son los alumnos de segundo de Bachillerato, que el destino ha querido que tengan más dificultades en su peor año.

Escenarios posibles para los alumnos de 2º de Bachillerato

El patio está tenso entre los estudiantes de segundo de Bachillerato. ¿Qué les angustia? En primer lugar está el hecho de que están teniendo que hacer un esfuerzo más grande a nivel personal al tener que estudiar por su cuenta y no contar con un apoyo tan directo del profesorado. En segundo lugar está el perder clases y la presión de estar encerrados. Un extra más de agobio a lo que no ayuda mucho el que esté en el aire si podrán o no, llegar a dar todo el temario.

Las circunstancias excepcionales también podrían tener unas medidas distintas de evaluación. Podrían darse hasta dos escenarios según plantean mucha familias y alumnos: uno sería que, al retrasarse la selectividad y haber (probablemente) menos temas, el examen fuese más fácil respecto a otros años por todas las dificultades añadidas en el camino. Otra posibilidad sería que el resultado final sea directamente un drama: muy bajas notas porque ha sido casi imposible que los alumnos se preparen para esta prueba de nivel como se necesita. En cualquier caso, las dos situaciones están preocupando mucho.

En el caso de que por la crisis del coronavirus, este año se levante más la mano y las notas sean más altas, también resultará más difícil acceder a los estudiantes a la carrera que quieran. A eso hay que añadir que al retrasarse la prueba también se retrasará el modo de conocer la nota final. Será un verano de esperas de una forma u otra: desde la nota, hasta la universidad a la que se entre o si algunos tendrán o no que cambiar de ciudad. Una agonía más larga de lo normal en una año ya bastante difícil.