Infringir un monumento histórico es penalizado por la ley, pero la realidad ha demostrado que también es un acto también condenado por la sociedad. En las últimas horas, ha estado circulando en redes sociales un insólito episodio de una mujer que decidió rebelarse en contra las autoridades y la seguridad y subió los 92 escalones de la pirámide maya de Kukulcán, en la península de Yucatán, México un monumento que prohibió el ingreso a turistas hace 14 años.
En las imágenes se puede ver como una mujer burla la seguridad de el monumento también conocido como, 'El Castillo', ubicado en pleno complejo de Chichén Itzá y sube con prisa todos los escalones del enorme monumento milenario. Es allí cuando, mientras un agente de seguridad intenta alcanzarla, al llegar a la cima baila y festeja riéndose de la gente, tras haber escalado el edificio patrimonio de la humanad y haber conseguido "la anécdota de su vida".
Lo que la mujer no sabía era que al bajar con el agente, la estarían esperando un centenar de turistas a los pies del monumento para abuchearla, gritarle e insultarla pidiendo por su detención al compás de cánticos como "cárcel, cárcel, cárcel", "Sacrificio, sacrificio" o "Enciérrenla". Además, en las imágenes se pueden ver algunos empujones, tirones de pelo e incluso personas que arrojaron agua y piedras a la mujer que tuvo que salir custodiada por las agresiones que recibió por haber "faltado el respeto" al lugar.
Si la condena social no ha sido suficiente, subir a este monumento tiene diversas consecuencias. En 2008, El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) prohibió subir a los monumentos mayas por su preservación y la seguridad de los turistas, es por ello que las multas por subir a este tipo de edificios rondan entre los 2.500 y 5.000 euros.