Miento para ligar y así parecer interesante aunque sé que siempre acaba mal

Nadie dijo que ligar fuese fácil, sobre todo cuando buscas trucos para causar buena impresión y lees cosas como por ejemplo "pasar de tu ligue", "ponerte borde", "ligar con su amiga" o "mentir para quedar bien". Spoiler: esto NO funciona nunca, aunque el primo de tu amigo encontrase al amor de su vida actuando así. Jordi se ha puesto conmigo tras darse cuenta de que tenía serios problemas para interactuar con chicas, recurriendo a la mentira reiteradamente. Antes de que nos crezca la nariz vamos a abordar las consecuencias, causas y soluciones de su situación en Yasss.
Como psicóloga hay pocas cosas que me sorprendan, pero como ciudadana de a pie todavía menos. En más de una ocasión algún amigo o amiga me ha confesado que a la hora de ligar "disfraza un poco" la realidad, como quién añade cosas en el curriculum. No soy quién para juzgar a nadie, pero sobra decir que mentir para ligar no trae nunca buenos resultados.
Las consecuencias de lanzarnos un farol para ligar
Imagínate la situación: te descargas una app tipo Tinder o Grindr o conoces a una persona en un bar. Empezáis a hablar y cuando te pregunta que de qué trabajas, te da palo decir la verdad. Te inventas un curro maravilloso en el que cobras un pastizal y te llena en todos los sentidos. ¿Qué puede salir mal?
- Situación número 1: os acabáis acostando y empezáis a salir. Tarde o temprano se enterará de que no trabajas en ese sitio tan prestigioso y la bola de nieve será demasiado grande. Mejor ahórrate el mal trago y di la verdad desde el principio.
- Situación número 2: os acabáis acostando y no os volvéis a ver el pelo. A lo mejor no te lo crees, pero es probable que os acostaseis aunque currases en el peor sitio del mundo. Si estaba buscando un encuentro sexual esporádico, lo último que le importa es dónde trabajas o dejas de trabajar.
- Situación número 3: la cosa no cuaja y cortáis la conversación. Has mentido para nada.
He puesto como ejemplo el trabajo, pero esto es aplicable a cualquier situación. Mentir siempre se va a volver un quebradero de cabeza innecesario.

El caso de Jordi
Lo que acabo de describir es el pan de cada día de Jordi. Da igual que sea en persona o en apps de ligar, él miente y luego se arrepiente (como dice la canción). Ante la insostenibilidad de su situación ha decidido buscar ayuda y por eso contactó conmigo vía mail:
"Qué tal Marina. Me llamo Jordi, tengo 22 años y tengo un problema a la hora de ligar. Te lo cuento para ver si crees que es suficientemente chungo para ir a terapia o si es más normal de lo que creo.
Miento a las chicas en Tinder o en persona, da igual. Me he llegado a inventar chorradas como que tengo otros estudios (estudié un grado medio y me acompleja un poco) y cosas sobre mi trabajo que no son verdad, como que cobro el sueldo mínimo cuando en realidad estoy de prácticas no remuneradas. Miento en viajes que no he hecho, en música que ni conozco y en pelis que no he visto para parecer más guay.
Me siento mal porque luego cuando quiero conocer más a fondo a alguna chica, me echo para atrás para que no descubra las mentiras y huya (que sería lo normal). ¿Hay más gente como yo? ¿Estoy para encerrar? Ayuda, por favor."

La solución depende de las causas, pero sí se puede dejar de mentir
Resolver este patrón de conducta no es fácil, sobre todo si llevas mucho tiempo actuando así. Sin embargo, cambiar es posible con esfuerzo y estos consejos pueden serte útiles:
- ¿Por qué mientes? Esta es la gran pregunta que debes hacerte. Puede que lo hagas porque tienes un problema de autoestima y crees que no vales suficiente. Tal vez lo que te gusta es el subidón de adrenalina que provoca la situación de mentir y que te puedan pillar. También puede influir un déficit de habilidades sociales o no saber cómo interactuar a la hora de ligar. Sea cual sea la causa, identifícala y trabaja en ella.
- Si tu problema es la autoestima, dale duro al amor propio. Nuestra autoestima no puede depender de que un desconocido del bar o de Tinder nos acepte o nos rechace. Dedícate tiempo a ti mismo, a conocerte y a aceptarte, con tus virtudes y tus defectos. ¡Merece la pena!
- Si tu problema es la necesidad de "aventuras", aprende nuevas formas de subir la adrenalina que no impliquen engañar a los demás. Cuando conocemos a una persona, si bien todavía no hay una relación de confianza, hay ciertas leyes no escritas que definen la interacción social: respeto, sinceridad y empatía. ¡No las incumplas!
- Si tu problema son las habilidades sociales, observa y actúa. Puedes preguntar a tus amigos y amigas por sus trucos o incluso observar cómo ellos interactúan a la hora de ligar (de forma respetuosa, no es plan de imitar a Ana Guerra en el videoclip de Bajito). También es muy útil compartir estos miedos con tu ligue para que te de ciertos consejos y mejorar. A lo mejor esa relación no funciona, pero para la próxima habrás aprendido algo. ¡Quítate la vergüenza!
- Pide ayuda psicológica si no puedes gestionarlo en solitario. Aunque artículos divulgativos como este son útiles, a veces o bien no sabemos cómo poner en práctica los consejos, o bien los ponemos en práctica sin apreciar resultados. Un psicólogo puede ayudarte a resolver estos problemas, no temas pedir ayuda.