‘Élite’ se ha convertido por derecho propio en una de las series más exitosas e influyentes del momento, un auténtico bombazo que ya ha finalizado su cuarta temporada y nos ha regalado una hornada de actores-dioses sobre la faz de la tierra, con millones de seguidores y un índice de popularidad que pulveriza récords cada temporada.

Será por sus tórridas escenas de sexo sin protección que nunca nos sorprenden con un embarazo no deseado, por su trama rocambolesca llena de puñaladas traperas y pijos que levantan el meñique cuando beben Möet Chandon, o quizás por su sabiduría para mezclar intrigas palaciegas, drama adolescente y gente que nunca comprará una mesa en Ikea para decorar su loft.

Con motivo del día Internacional del niño, Netflix ha lanzado un video en el que revela qué aspecto tenían los protagonistas de la serie cuando eran solo unos niños. Las redes sociales se han vuelto literalmente locas, y ya hay especulaciones sobre si desde tan pequeños los actores tenían un aire de los personajes que han interpretado décadas después.

Queda claro tras ver la fotografía que Ester Expósito que el tiempo la ha tratado excepcionalmente bien en lo profesional y en lo físico. Los rasgos se le han afilado y acaba de estrenar su último proyecto para televisión: ‘Alguien tiene que morir’. No hay duda de que sigue quedándole esa sonrisa adorable, la misma que tenía cuando era una niña y le encantaban los tiburones. 30 millones de seguidores en Instagram no son posibles si no cuentas con talento, belleza y profesionalidad.

El personaje de Cayetana miente más que habla en ‘Élite’, y seguro que ha escondido algunos embustes en esos tirabuzones rubios perfectos que la actriz llevaba cuando era solo un bebé de pocos meses.

Aunque la tentación es grande, nos abstendremos de fabricar un meme llamado ‘Jaime Lorente enfurruñado’. Es adorable, incluso cuando está con la cara de vinagre. Eso sí, de adulto no le ha quedado ni rastro de esa cara de indignación y disgusto. Es uno de los actores más buenrolleros de toda la serie.

¿Era posible imaginar a Danna Paola sin un micrófono en la mano cantando alguna balada intensa? Nosotros decimos que no.

Nada queda en el Álvaro Rico niño de esa mirada de villano con varios cadáveres escondidos en la bañera que se gastaba durante las fotos de promoción de la serie, donde interpretaba a Polo, un personaje con un nombre que ya daba ganas de abofetearlo con un guante. De niño le debía de gustar la altura que te procura la fama, a juzgar por esa mesa de cristal en la que está encaramado.

Con Bernardeu no hay duda. Su amor por el mar y las causas medioambientales parece algo que le vino dado cuando era muy pequeño. Está en su elemento: libre, en la playa y feliz (aparentemente) como un delfín en libertad. En la vida real es un tipo extremadamente inteligente; en la ficción, y por exigencias de guión, le han hicieron repetir curso para que se midiera la cornamenta con los nuevos fichajes de la serie.

¿Dejaremos de ver alguna vez a Herrán haciendo deportes extremos, esta vez en una bicicleta infantil? Parece que el actor ha conservado de adullto su amor por el movimiento. A la cámara mira como si ya se visualizara ganando ese Goya de 2016.

No hay ni rastro de esas cejas pobladas como bosques en el Omar Ayuso niño, que es un jefazo desde todos los puntos de vista.